Class of 96
lunes, noviembre 29, 2004

El sábado antes de salir de casa tuve que entregar dos horas más al aseo y/o arreglo personal. ¿La razón? El reencuentro anual de exalumnos de mi colegio. Oportunidad de más para lucir mejor que nunca, sobretodo cuando a tus ex-compañeros de promoción sólo los ves una vez al año y durante ese día quieres lucir mucho mejor que ellos y que los casi 11 años que estudiaron juntos. Antes de entrar al plantel, decidí darme una vuelta por los alrededores para llegar un poco tarde. La gente que se hace (y se sabe) interesante debe tener como consigna la impuntualidad, y de paso, la caminata me relajaría un poco y también me serviría para, quién sabe, encontrar a algún chico guapo por ahí. Como siempre, no lo encontré, de modo que entré. Ahí estaban los mismos profesores, algunos ya ancianos, las mismas caras, los mismos mármoles del hall de entrada, los mismos guardianes, jardineros y demás personal de servicio, que parecían tener una memoria inacabable. A pesar del look que elegí para esa noche, me reconocieron tras las gafas de carey y la barba de 2 días. Después de todo, me habían visto crecer desde los 5 años y habían sido testigos de todas mis evoluciones (cual Pokemon).

Un poco más al fondo estaban mis amigos. Estuve a punto de derramar una lágrima, porque además de los cuatro gatos que acostumbramos a ir a las reuniones de exalumnos, también había gente que no veía desde que salí del colegio. Y me quedé pasmado. Los habían desde los ejecutivos hasta los modelos de pasarela. Estaban guapísimos, en especial Omar: no quedaban vestigios de aquél adolescente de corte militar y moretones en el cuerpo de tanto jugar fulbito. Con pantalón de vestir, camisa a rayas verticales y el pelo largo ensortijado, era una suerte de galán de telenovela. Aproveché su entusiasmo para abrazarlo más de la cuenta, y sentir la deliciosa fragancia aftershave que emanaba su cuello.

A estas alturas, ya es vox populi que soy abstemio (chico sano, sin vicios, sólo una que otra pastillita, mejor partido que yo no hay), no obstante salimos del colegio en grupo y nos fuimos a casa de Omar para seguir festejando el reencuentro. A las 2 de la mañana la mayoría empezó a llorar de nostalgia al caer en cuenta que habían pasado 8 años desde que salimos del colegio. 8 años!!! Y ya éramos adultos con A mayúscula, viviendo la plenitud de la base 2. La mitad de la promoción estaban ya casados, con hijos y hasta divorciados. Dentro de nuestro grupo, todos tenían auto y vivían solos, independientes, y los miré con recelo. Lamenté no tener la misma estabilidad económica que ellos, tal vez la vida les sonrió más que a mí. Sin embargo, luego de las lágrimas, el licor hacía estragos y muchos ya cantaban valses criollos, cuando de adolescentes crecimos escuchando Nirvana. Una amiga tuvo la idea: jugar verdad o reto. Nada del otro mundo, ya no tenía nada qué esconder, y cuando me tocó el turno, no reparé en responder con la verdad.

Alguien: Ya, Cyan, ladra, ¿quién te gustaba del salón?
Cyan: ¿A mí? Ah, ¡qué mierda! Me gustaba Ferni Rosciewicz
Todos: ¿FERNANDO ROSCIEWICZ?

Silencio sepulcral. Yo sonreía con mi vaso de vodka en la mano. Otra amiga lanzó una carcajada. Omar se aproximó a mí y gritó:

Omar: ¡Qué huevos tiene este hijo e' puta! ¡Salud carajo!
Todos: ¡Salud!

Y ahí mismo se acabaron los secretos. Había salido del closet finalmente, después de 8 años, frente a mis ex-compañeros y cuasi hermanos de infancia. Sin embargo, nadie se alarmó, todos se me vinieron encima para ¿felicitarme? por mi valentía. Quizás animados por tamaña revelación, dos amigas confesaron haberse dado un casto beso durante un paseo a la playa. El clima se prestaba para develar más secretos, cuando Omar me cogió de la mano.

Omar: Cyan, ven acá.

Me arrastró hacia su dormitorio. Se tambaleaba. Era evidente que estaba ya pasado de copas, pero me dejé llevar con la esperanza de que algo maravilloso sucediera. Nos tiramos en la cama. Omar se incorporó para seguir bebiendo de su vaso. Yo lo tenía tan cerca que crucé la piernas para evitar que se percatara de mi erección.

Omar: Oe Cyan, vamos a hablar claro.
Cyan: Me parece perfecto.
Omar: ¿Por qué chucha eres gay?
Cyan: Querido, uno nace gay. También se hace, pero en mi caso nací.
Omar: Ya pero... no es la voz pes. Yo te quiero un culo. Eres mi pata, mi hermano. Te conozco desde que jugábamos a los Thundercats...
Cyan: Cuando tú eras Leon-Oh y yo Chitara...
Omar: Ya pero, desahuévate. No quiero cambiarte, es tu roche, pero... no jodas. Yo que tú lo pensaría dos veces.
Cyan: Lo pensé miles, ¿tú crees que es facil? Pues no. Ser gay es una huevada. En cambio, los que se quedan reprimidos bajo una máscara, son maricas.

Omar se sorprendió por lo bien que manejé mi punto de vista, pero él tenía el suyo. Terminó con mis expectativas al confesarme que era homofóbico. Inofensivo, pero homofóbico. Trató de hacerme volver "a la senda normal" pero al final yo lo dejé sin argumentos. Me besó en la mejilla y me dijo que no le importaba en lo absoluto, y si yo era felíz siendo así, pues enhorabuena, y "vamos a seguir chupando, carajo". Se puso de pie para salir, mientras yo me moría por decirle: "No, Omar, no soy felíz siendo gay. No soy felíz. Se sufre más de la cuenta".

Posteado por Cyan a las 2:52 p. m.
 
 

Quizás el problema sea yo
sábado, noviembre 27, 2004

Salí de mi casa muy contrariado, pues se me había hecho tarde y la impuntualidad es una de las cosas que más detesto en los demás,pero sobretodo en mí. Caminando hacia la esquina de mi casa, venían caminando hacia mí un señor obeso de la mano de una niña. Mi racha de mal humor se inició cuando empecé a odiar a la niña, tan sólo con verla. No sé qué es lo que pasa por la cabeza de los padres cuando atavían a sus hijas con vestiditos blancos, mediecitas blancas, zapatitos blancos y adornitos de cintas para el cabello también blancos, como una especie de ángeles francamente idiotas. Este tipo de moda infantil me exaspera, si la pobre niña hubiese tenido una vela, estaría lista para hacer su primera comunión. Pero ella no tenía la culpa. La culpa la tenía su acriollado padre, uno de esos hombres que a primera vista parecen esos seres detestables, que lo único que saben en la vida es jugar al fútbol, hablar de fútbol, ver fútbol, leer periódicos de fútbol y comprar libros de fútbol.

Al pasar junto a ella, opté por ignorar a la niña para no transmitirle un inusitado mal de ojo. No obstante, pude comprobar que ella me miraba como si fuese un marciano o un fantasma (se me vino a la mente la película coreana “El Ojo”). La muy ladina no reparó en decirle a su padre, muy bajito, una frasecita que yo alcancé a escuchar:

-Mira papi, ese chico lleva cartera.

No tuve tiempo ni ganas para mandarla a volar, sólo opté por ignorarla y pensar para mis adentros: “No una es cartera, niña imbécil, es un morral marca Gap de cuero auténtico que me costó 70 dólares y que un amigo me trajo de Nueva York, nadie más lo tiene en Lima, y si piensas que es una cartera, es producto de la mierda que tu padre criollo y futbolista te ha programado en el cerebro y te hace incapaz de contemplar otras propuestas”. Para finalizar la racha de mala suerte que me persigue y me perseguirá hasta el fin de mis días, comprobé que no había traído suficiente dinero en efectivo y era imprescindible pasar por un cajero. Opté por la alternativa más fácil: ya no iría en taxi, sino en micro, después de todo las combis asesinas corren más que los espabilados taxistas.

Detuve un Daewoo. Ni bien subo, me siento atrás de una señora acompañada de su pequeño que usa overall de jean azul con un estampado de Sponge Bob. El niño me mira con insistencia apenas ocupo mi lugar. Definitivamente, los niños se la tienen pegada conmigo. El niño le susurra a su madre:

-Mira mamá, ese chico parece uno de los Erreway…

A este niño no lo odié, porque aquella expresión me hizo esbozar una sonrisa. Lo tomé por un cumplido. Después de todo, el que a uno le digan que se parece a un metrosexual adolescente es toda una hazaña. Hasta que de repente, sube otro chico. No era blanco como me gustan, sino un poco trigueño, pero de rasgos finos. Vestía pantalón de vestir, camisa y zapatos negros. Muy elegante, el negro es definitivamente un color muy chic. Sin embargo, muy aparte de su vestimenta, el chico era bastante atractivo. Sus cejas gruesísimas otorgaban sensualidad a su mirada. No pasó mucho tiempo para darme cuenta que el chico me examinaba por el espejo retrovisor del chofer.

Ocurrió lo que siempre pasa: ni bien alguien se interesa por mí, soy incapaz de seguirle el flirteo. Mientras el chico seguía sin despegarme la vista de encima, yo reposé mis ojos en los suyos durante varios momentos, y comprobé que no era pura casualidad: yo le gustaba. Para variar, esta vez tampoco hice nada. En estos casos suele agarrarme un nerviosismo precoz en la boca del estómago, y ni siquiera atino a seguir su mirada. Y como ya iba a bajarme, tampoco le pregunté la hora. Bajé del micro con el corazón en la mano, palpitando, preguntándome por qué nunca hago absolutamente nada en estos casos. ¿Acaso tengo miedo? ¿Qué es lo que me hace falta? ¿Valor, inspiración, huevos? Estuve sacando la conclusión de que tal vez no sea el mundo el que está en mi contra, sino yo. Quizás el problema sea yo. Y por el momento, seguiré sin tener novio hasta que no deje de ahuyentar a todo aquellos que me desean.

Posteado por Cyan a las 3:03 p. m.
 
 

MMM
viernes, noviembre 26, 2004

Para alegrarme la vida (dudo que en este momento exista algo o alguien capaz de sacarme del abismo), decidí responder las preguntas del Las 5 del Viernes, pero las preguntas para esta semana me parecen demasiado intrascendentes (¿a quién le interesa qué es lo que comemos? después de todo el arte culinario posa sus bases en la ínfima necesidad de la alimentación para poder sobrevivir). No obstante, gracias a Chu, quien cada día está más majo, descubrí otro blog de preguntas similares, pero de carácter más entretenido. Se trata nada más y nada menos que de algo llamado Miércoles Mágico Musical (MMM). Y voilà con las preguntas del miércoles pasado:

1) ¿Si pudieras agradecer a un artista/grupo por la contribución que ha tenido su música en tu vida, quien sería y por qué?

Pues no podría limitar mi criterio a uno, sino a varios grupos. Y en todas las etapas de mi corta y penosa existencia. Sin embargo, creo que últimamente (hablo de unos 4 años atrás) mi vida dio un giro más que considerable, gracias al re-descubrimiento de un grupo que a estas alturas considero como básico para todos aquellos que deseen conocerme: Les Pizzicato Five. Los conocí a través del videoclip de "Mon Amour Tokyo" emitido por MTV allá por 1997, pero no sería hasta el 2000, cuando conseguí un par de singles traídos de Japón, cuando pude descubrir su grandeza.

Concebidos como una licuadora de bossanova, retro, techno, ambient, jazz y mucho petardeo, los Pizzicato Five, con los salvajes sintetizadores de Yasuharo Konishi y las vocales de la diva Maki Nomiya, me conquistaron, me despojaron de mi etapa dark, hicieron cambiar mi guardaropa del negro al arcoiris multicolor, me hicieron rebuscar en el sótano para rescatar las revistas VANIDADES de los 70 de mi mamá, y sobretodo, me inflingieron una visión kitsch de la vida y la moda, estética que llegaría para quedarse y no abandonarme jamás. Canciones como "Peace Music", "La Règle du Jeu", "Love's Theme", "Twiggy Twiggy" o "Brigitte Bardot T.N.T" son tan necesarias que me sería imposible vivir sin ellas.

2) Que discos estas agradecido/compladico de haber comprado/escuchado este año???

Difícil aguzar mi oído musical ante un año que ha jugado tan cruelmente conmigo, me alegro de que se esté acabando. Entre lo mucho que pude comprar, puedo mencionar los siguientes álbumes como los mejores:

-Morrissey - You Are The Quarry
-Scissor Sisters - Scissor Sisters
-Fangoria - Arquitectura Efímera
-Goldfrapp - Black Cherry
-Primal Scream - Give Out But Don't Give Up
-Melissa Auf Der Maur - Auf Der Maur
-PJ Harvey - Uh-huh her
-Jet - Get Born

3) Si quisieras decir "gracias" a alguien especial para ti con una canción, a quién sería y cual canción sería?

Se me viene a la mente el lamento de mi adorada Alaska, en la que es para mí una de las mejores canciones del año: "Teatro del Dolor" de Fangoria. Y se la dedico, con mucha mala sangre, a Hiro: "gracias por destruír mi vida".
Como dice la canción:

Tú como siempre estás muy bien, qué gran papel
Yo me confundo otra vez, no se qué hacer.
Entre los dos cayó el telón,
tu fuiste en el gran autor
de mi tragicomedia.
Qué gran final de un mal guión,
qué absurda decisión.
Por eso aquí SE ACABA LA FUNCIÓN.

4) Y viene una pregunta malaaa!! jojo.... que artista/disco/canción estas agradecido que haya desaparecido este año!!! (hablando del ambiente musical, no de muertes!)

No me queda más que hablar mal de mis compatriotas. Después que Pedro Suárez Vértiz atacara con nuevo disco y quizás LA PEOR CANCIÓN DEL AÑO, es gratificante que actos tan deleznables como Nosequién y los Nosecuantos, Gianmarco o porquerías por el estilo, no nos hayan atormentado con nuevos engendros. He dicho.

Posteado por Cyan a las 3:12 p. m.
 
 

El mundo es un pañuelo...
miércoles, noviembre 24, 2004

"Habrá que quejarse al lavadero, entonces."- diría Mafalda. Y fue eso precisamente lo que pensé cuando, después de mucho tiempo, ingresé al chat de Gay.com y establecí una conversación virtual con un chico de adorable fotografía. Tenía 20 años y a juzgar por la foto, un cuerpo envidiable (desconozco las razones por las cuales los niños menores de 20 me persiguen, como si no hubiese tenido suficiente con Pertur). Sin embargo, eso no fue lo más importante. Nada me hizo presagiar que aquél encuentro por medio de la red de redes haría tambalear mi alicaída autoestima. ¿Las razones? Como diría Jack El Destripador, vayamos por partes.

Xicokuero: ¿Y qué hiciste el fin de semana?
Cyan: Estuve por el AELU.
Xicokuero: ¿Eres japonés?
Cyan: Nop... fuí a visitar a unos amigos.
XicoKuero: Asha.. yo una vez estuve con un japonés.
Cyan: ¡Qué casualidad! Me too.
XicoKuero: Manya... pero creo que eso fue un error de mi parte, no me gustan los japoneses, además, la tienen muy chica, jaja...

Aquello hizo extender mi razonamiento deductivo mucho más allá de lo habitual. No, no creo que el mundo sea tan pequeño, además, todos los japoneses suelen ser poco dotados.

Cyan: Es cierto, mi ex también la tenía del tamaño de un maní, creo que es cuestión de raza, ¿no?
XicoKuero: Puede ser, pero el de mi ex era realmente patético, con las justas cabía en la mano.

Me turbé. No era posible. Podía ser, pero me negaba a creerlo. Intenté reponerme y cambiar de tema para evitar entrar de lleno en el pantanoso mundo de la duda.

Cyan: ¿Y qué haces por la vida?
XicoKuero: Estudio Comunicaciones en la U. de Lima
Cyan: Chévere, yo también estudié ahí, ¿en qué ciclo estás?
XicoKuero: 4to.
Cyan: Ah... ¿y tu novio también era de la facu?
XicoKuero: Nooo... pero siempre venía a visitarme con la excusa de venir a ver películas al minicine... Eso me hastió, lo veía hasta en la sopa.

Mierda. Otra coincidencia más. Me resistía a creerlo, y sin embargo algo en mi interior decía que mis sospechas tenían razón.

Cyan: Oh... ¿y cómo se llamaba el susodicho? Si puede saberse, claro.
XicoKuero: Hiro.

No supe si alegrarme o morirme allí mismo. Estaba hablando con un chico que posiblemente había vivido el mismo infierno que yo. Tenía que ser un poco condecendiente con él, después de todo, el haber estado con Hiro es sinónimo de no estar bien interiormente. Al menos eso pensé, que al fin tendría alguien con quién conversar y esclarecer mis ideas acerca de toda la pesadilla vivida, hasta que...

Cyan: Yo también estuve con él. Bueno no "estuvimos"... sólo salimos por unos 3 meses.
XicoKuero: ¿Ah, sí? ¿Y por qué no estuvieron?
Cyan: Porque él nunca me lo pidió. Creo que no se enamoró de mí. Y cuando yo se lo pedí, me dijo que tenía que pensarlo, y que nunca estaba con nadie de buenas a primeras. Creo que tuvo razón porque lo nuestro se dio demasiado rápido.
XicoKuero: Qué raro...
Cyan: ¿Por qué lo dices?
XicoKuero: Porque cuando conocí a Hiro, bueno, salimos y nos acostamos a la primera cita, y al día siguiente me dijo que yo le gustaba demasiado, que sentía que no iba a conocer a nadie más igual que yo, y que quería ser mi novio...
Cyan: ¿QUÉ?
XicoKuero: ¡Imagínate! Me dijo para estar... ¡y ni siquiera hábian pasado 3 días!
Cyan: ¿Pero estuvieron?
XicoKuero: Hiro es demasiado complicado. Quería verme todos los días, me llamaba a todas horas, me mandaba mensajes diciéndome que me amaba... Empecé a odiarlo, pero como me pareció buena persona, seguimos viéndonos. Pasó una semana y me dijo que NECESITABA estar conmigo, necesitaba ser mi novio, porque sino se moriría. Y decidimos intentarlo, pero luego lo dejé porque no aguanté más. Y aún así me siguió persiguiendo durante un par de meses más. Atosigante, pero linda gente a fin de cuentas.

Finalicé la conversación pidiéndole disculpas porque tenía cosas que hacer e inmediatamente apagué la PC. Me levanté, tambaleándome, mordiéndome los labios para no llorar. Empecé a darme de bofetadas, porque no quería llorar. No quería llorar por el ser más abominable de este universo. Y sin embargo las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Entré en un estado de trance similar al que producen ciertas drogas. Me dirigí al baño y tomé 3 calmantes, uno por uno, y decidí completar la dosis con un par de somníferos. Necesitaba dormir, olvidarme, pero la idea del suicidio martilleaba mi cabeza con insistencia.

A duras penas llegué a mi cama. Y recién allí pude soltar el llanto que tenía guardado desde hace más de un año. Pero sobretodo, lloré por haberme dado cuenta de lo estúpido que sigo siendo. Nunca me percaté que Hiro era un ser despreciable, abyecto. Que todo fue y es una gran MENTIRA. Que conmigo, sólo conmigo, fingió ser una persona "taciturna" cuando en verdad la raíz del asunto era que no me soportaba, que me quería lejos de él, que quería hacerle al amor y enamorarse a los 2 días de personas como el chico con el cual acababa de chatear. Pensé en tomarme el frasco entero de pastillas (una vez más), pero no lo hice. Aquello era demasiado, era como si por fin despertase de un gran sueño, como si por fin cayese del escenario de un gran teatro y volviese a la realidad, a la verdad, al tortuoso sentimiento de que el mundo, y especialmente los hombres, son una reverenda mierda.

Posteado por Cyan a las 4:03 p. m.
 
 

¡Odio a los hombres!
lunes, noviembre 22, 2004

Anoche, de repente, me puse a pensar en Hiro. Su recuerdo vino a mí sin ser invocado, como un chispazo de súbita realidad. Se presentó así, como por arte de magia, silencioso, acechante, como un gato en celo. Di vueltas en la cama y recordé a Hiro y lo felices que fuimos (al menos yo). Hiro y las innumerables tardes en su departamento, haciendo el amor y quedándonos desnudos junto a la ventana por donde se filtraban los rayos del sol del verano del 2003. Hiro y las noches en la tina con agua caliente, lamiendo nuestros cuerpos. Hiro y yo saliendo de la tina, ambos mojados, y echándonos en la cama, mojándola igualmente. Hiro y su lengua penetrando mi ano, haciéndome sentir por primera vez los placeres del beso negro. Hiro y su risa convulsiva después de eyacular. Hiro, Hiro, Hiro...

Me parece increíble que ya hayan pasado casi 2 años desde aquél preciso momento en que comprendí que mi mundo no tendría sentido sin él. Quizás nunca lo tuvo. Prácticamente vivíamos juntos: yo llegaba del trabajo directamente a su casa, pasaba la noche con él y enrumbaba de nuevo hacia la oficina. Regresaba a mi casa tan sólo para cambiarme de ropa o para verificar que todo estaba en órden. Y a pesar del grado de intimidad que llegamos a establecer, nunca fuimos enamorados. Nos fuimos a la cama en la primera cita, cuando nos conocimos por primera vez. Todo fue demasiado rápido. A los 5 días ya estaba enamorado de él, y él se empezó a preocupar. No éramos novios, se suponía que éramos "amigos cariñosos", que estábamos saliendo, que recién nos estábamos conociendo y congeniando. La relación nunca se formalizó, hacíamos el amor todos los días sin excepción, y las cosas llegaron al hartazgo. Él me pidió un tiempo de abstenencia de sexo, se lo dí, le declaré mi amor, y a las 3 semanas ya tenía a otro, esta vez sí un "enamorado oficial".

¿Qué pasó? Que en el interín, obviamente, me enamoré de él con locura. Y anoche, dando vueltas en la cama, recordé a Hiro, diciéndome "no quiero herirte, Cyan, pero tampoco te enamores de mí". Hiro poniendo cara de entierro cuando le pedía que me presente a sus amigos. Hiro dejándome solo cuando tenía alguna reunión familiar. Hiro intentando llevar a su nuevo enamorado a mi fiesta de cumpleaños porque "no iba a ninguna parte sin antes consultarle". Hiro, sin poder llamarme nunca. Hiro, sin abrirme nunca una mísera ventana en el MSN. Hiro, a quien nunca le pregunté por qué actuó así conmigo. Hiro, Hiro, Hiro...

No pude más y salí de la cama. Eran casi la una de la madrugada cuando decidí sacarme la espina de la duda que se me había clavado en el corazón. Prendí la PC, entré al MSN y allí estaba él. Me trató con su acostumbrada dejadez. Secamente, quiso saber de mí y aparentar estar interesado en averiguar qué había sido de mi vida durante todo este tiempo.

Cyan: ¿Ya no vas al cine de la U. Lima?
Hiro: Sí, estuve yendo por tu Universidad hace un par de meses, pero ya no.
Cyan: Y para variar, si sabes que yo paro por ahí, nunca me llamaste para encontrarnos y charlar...
Hiro: Bueno, no creo que hubieras querido ir, dados los motivos que me llevaban frecuentemente a tu Universidad...
Cyan: ¿Y cuales eran? (si puede saberse, claro)
Hiro: El novio.

Mierda. Al menos no me dolió tanto como lo esperaba.

Cyan: ¿Tu novio es de la U. Lima? ¿De mi facultad?
Hiro: Ajá.
Cyan: ¿Y todavía es alumno?
Hiro: Pues sí.
Cyan: ¿Y el susodicho tambien estudia cine?
Hiro: No diré más, sobre el susodicho... No es nada personal... El mundo es chico.
Cyan: Pues por la forma en que lo dices me atrevería a pensar que la respuesta es afirmativa, aunque si dices que es alumno, dudo que lo conozca, yo sólo conocía a la gente de mi promoción... Pero en fin... ¿a que se debe tanto recelo?
Hiro: No soy yo, es por él... Digo, porque es mejor que las cosas no se ventilen mucho alrededor de él...
Cyan: Sigo sin entender, pero en fin, tendrás tus razones, no estoy de animos para sonsacar información a nadie...
Hiro: OK, agradezco tu comprensión, aunque no quede claro, jaja...

Cuando finalicé la comunicación, comprendí que todo aquello había sido un error. No debí de haberme enterado de estas cosas, porque ya puedo sacar unas conclusiones nada agradables. La primera conclusión es que ha tenido dos novios después que yo. Y la segunda es que habla de su actual novio con tanto cariño, que dudo que les haya hablado así de mi al resto de sus amigos. Sigo pensando que todo fue una gran mentira, algo que ni siquiera él se atreve a tener en cuenta. A estas alturas sería contraproducente odiarlo, porque ya ni siquiera merece la pena que le dedique mi tiempo y mi mente a un ser tan despreciable. Lo odio, y me odio a mí mismo por odiarlo.

Posteado por Cyan a las 3:24 p. m.
 
 

Blowjobs for Dummies
domingo, noviembre 21, 2004


Hace poco encontré ésta imágen navegando por la red, y me causó tanta gracia que decidí elaborar brevemente una guía acerca de este preciado arte. Y digo ARTE porque mamar una pinga, con todo lo vulgar que resulte semejante expresión, constituye un talento del cual no todos pueden jactarse. Allí están como ejemplo los miles de hombres que alguna vez han tenido una experiencia homosexual en su vida y que apuntan el siguiente comentario: "Los hombres la chupan mejor que las mujeres". No hay cosa más cierta. ¿Por qué? Porque es una de las razones por las cuales el sexo es infinitamente más placentero que el sexo straight. Al hacer el amor con una persona del mismo sexo, uno sabe exactamente qué es lo que tiene que hacer, qué pasos seguir, qué botones tocar, para hacer sentir bien a su compañero, puesto que ambos gozamos del mismo cuerpo y éste reaccione igual frente a los diferentes laberintos de la pasión y del goce.

Y poniendo en práctica mi personal lectura del erotismo, a continuación unos tips:

1) El hecho de ponerse el pene en la boca no significa que tan sólo esta acción vaya a brindar placer. Puede resultar que por el mismo nerviosismo, el pene de nuestro compañero se encuentre flácido o parcialmente erecto. Si es así, no asustarse, porque el resultado es más placentero que si estuviese totalmente erecto. Con la lengua, mojar de a pocos la cabeza del pene, masajeándolo en movimientos circulares. Al "despertar", el pene se irá irguiendo, y uno debe, en vez de acelerar la lamida, apaciguarla, pues esto brindará, créanme, mayor placer. Cuando el pene ya esté erecto, ir enguyéndolo lentamente y succionarlo a razón de una introducción en la boca cada tres segundos.

2) No quedarse succionándolo. Al estar el pene en la boca, utilizar la lengua para masajearlo por dentro, al mismo tiempo de estar enguyéndolo, poniendo especial énfasis en el área de la cabeza del pene. De realizar esto, tu compañero estará aullando de placer.

3) De vez en cuando, sacarla de la boca e imaginar que es un cono de helado. La lengua hará el resto, recorriéndolo centímetro a centímetro.

4) Para evitar la sensación de vómito o las arcadas, y una total succión, poner la boca perpendicularmente a la base del pene, de tal modo que evite tocar la campanilla. Tener mucho cuidado con los penes muy gruesos, pues no es conveniente adentrárselos mucho, y es muy posible que ni siquiera quepan en la boca.

5) Advertencias: no debes tener heridas en la boca, ni afta ni ensías sangrantes, pues podrías contagiarte de alguna enfermedad. Además, si el pene huele mal (sobretodo si no está circuncidado), pídele a tu compañero que se asee, con toda la amabilidad del mundo.

6) Consejo: si tu compañero eyacula repentinamente... relájate. Es peor que retires la boca de inmediato. El daño ya está hecho. De ser posible, contén las náuseas, déjalo que se vacíe hasta la última gota, y retén todo en la boca, inflando los pómulos para acaparar todo el sémen. A continuación, reteniéndolo, dirígete al baño a escupirlo todo, y lávate bien con algún enjuage bucal, y con cepillo de dientes.

7) Para terminar, los mitos: un caramelo de menta antes de la felación produce una sensación inigualable, al igual que los piercings en la lengua.

Que la noche os sea propicia...

Posteado por Cyan a las 7:53 p. m.
 
 

Postcards from the edge
viernes, noviembre 19, 2004

Parecía algo incongruente con mi metódica conducta verme llegar tarde a una cita o a una clase, y hoy finalmente ocurrió por no haber podido dormir mis acostumbradas 8 horas, luego de una sesión de madrugada en un karaoke, donde atormenté a mis amigos con canciones de Raffaella Carrá, Alaska y Dinarama, Olé Olé, Flans y, cómo no, Madonna (para que vean que mi gusto musical es bastante amplio, al igual que mi urgencia de cariño y mis ganas de escandalizar a todos los que asistieron a aquél local). Lo primero que detesto al levantarme de un sueño prematuro es el insoportable dolor de cabeza. A continuación, el aletargamiento, el desgano, el mal humor. Luego, el inclemente sol que despertó en el techo de nubes que cubre Lima acrecentó el malestar en mis sienes. Por un momento fui capaz de mandar a toda mi clase a la mierda. Hasta que el Gordo abrió las comisuras de su inmensa boca:

Gordo: Oe verdad, ayer ví a Pertur...
Cyan: !

Como por arte de magia, el malestar desapareció completamente para dar paso a una hipnoascención hacia paraísos extraterrenales. El estado onírico se entremezcló con chispasos de ansiedad, de ganas de querer ahorcar al Gordo y a su lengua larga, para que se dejara de rodeos y me lo contara todo con pelos y señales.

Cyan: ¿Cómo? ¿Adónde? ¿A qué hora? ¿Con quién?
Gordo: !
Cyan: [Abochornado] No... pregunto nomás... es que como no viene... ¿qué te dijo?
Gordo: Ah, no, nada, no hablé con él.
Cyan: !
Gordo: Es que vive a la espalda de mi casa pues, y total que ayer lo ví caminando por el puente, pero a la velocidad de un rayo, me pareció que estaba apurado y tampoco estábamos tan cerca como pa' pasarle la voz...
Cyan: [A voz en cuello] ¡PERO LE HUBIESES DICHO ALGO!
La clase entera: !!!!!!

Al darme cuenta que mi cuerpo vomitaba adrenalina por los poros, opté por hacer mutis (igual que el resto de mis compañeros, asustadísimos, incluída la profesora) y bajar la cabeza. Está vivo. Mi niño adorado está vivo. Por alguna estúpida razón me convencí a mí mismo que tal vez habría tenido un accidente que acabó con su bella existencia, y que por eso no pudo asistir a la clase pese a haberse matriculado. Pero eso ya no importa. Está vivo. Sigue existiendo en el mundo, en mi mundo. Donde quiera que esté, su recuerdo sigue atormentando mis pensamientos. He de tomar algunas acciones pertinentes para no seguir viviendo al filo del abismo.

Posteado por Cyan a las 12:51 p. m.
 
 

What the hell is wrong with gay men?
jueves, noviembre 18, 2004

Nunca entendí la alharaca que se congrega alrededor de un partido de fútbol. Por una parte, si me parece la cosa más estúpida del mundo ver individuos corriendo de un lado para otro persiguiendo una pelota, tampoco me entra en la cabeza por qué cuando la incertan dentro de una especie de manta hecha a base de sogas (?), la gente pierde el sentido, como posesos, y los asalta una histeria colectiva, ingresando en una suerte de trance, y pobre del que se encuentre en las tribunas del estadio. Pero eso no es lo peor. Lo peor de todo (como diría mi amado Ray Loriga) es que la gente se lance a celebrar a las calles (!) a el triunfo de un equipo de fútbol. ¿Acaso esa gente que celebra de lo lindo, estuvo jugando en la cancha? ¿Para qué tienen que celebrar si ellos no fueron los que jugaron? Está bien alegrarse, sí, sería contranatura no emitir la más mínima emoción, eso lo entiendo, pero ¿celebrar? Me parece que sólo sucede en un país como el Perú. Si la gente sale a las calles es con el único fin de encontrar una imbécil excusa para beber más de la cuenta. Ojalá celebrasen así cuando alguien consigue un premio nóbel, o gane un Óscar. Sencillamente, no lo entiendo.

Harto de permanecer en medio de mis amigos que saltaban, gritaban y convulsionaban (sólo les faltaba poner los ojos en blanco y vomitar, como Linda Blair), decidí poner fin a tamaña falta de respeto y apagarles el televisor. En consecuencia, me gané un "apanado sexual" (en el buen sentido de la palabra) y me encerraron en mi habitación para que, literalmente, "no joda más". Y todo en mi propia casa. Así que recordé que durante un partido de fútbol, sólo los gays solemos desentendernos del asunto y conectarnos al MSN. Efectivamente, cuando ingresé al MSN, contemplé con satisfacción que ninguno de mis amigos heterosexuales estaban conectados. Sólo estaban aquellos que gozaban de una orientación sexual más que dudosa. Por eso pude encontrarme una vez más con Sebas, y me pareció oportuno poner en marcha mi plan.

A Sebas no lo volví a ver desde que fuimos a ver juntos "Gatúbela", porque según él no tenía tiempo ni dinero. No obstante, habíamos seguido en contacto vía MSN. De manera que apenas él me abrió ventana (si, él) para conversar conmigo, decidí inventarle cualquier excusa para vernos de nuevo, pero no lo conseguí, pues se me adelantó para darme la ¿buena? noticia que inmediatamente me bajaría de mi nube. Sebas había ligado en la fiesta de Halloween (o mejor dicho, lo habían ligado), y me comentó muy emocionado que estaba saliendo con un chico "lindo". No me molestó en lo absoluto su repentina confesión, después de todo somos amigos, pensé. Lo que sí me molestó de manera estratosférica fue lo que me dijo a continuación:

Cyan says: Ya pe, no la hagas larga, cuándo nos vemox?
Sebas says: No sé pex, cualquier día quedo bien con mi novio y te paso la vox pa ir a comer los 3.

What? La sangre subió espumosamente a mi cabeza en un manantial de imparable cólera, como un heiser en erupción, y destilé tanta bilis de un sólo golpe que el aliento se me puso denso y amargo. ¿Qué mierda me estaba diciendo este personaje? ¿Que no puedo salir sólo con él? ¿Para qué tiene que traer al novio? ¿Acaso tiene miedo de salir sólo conmigo ahora que su soltería terminó? ¿Es que los gays ya no pueden tener más amigos ni salir en grupo, si no llevan consigo al novio? ¿Hasta que Sebas esté nuevamente soltero, tendré que aguantar a un imbécil que ni siquiera conozco? Pues sencillamente corté la comunicación de raíz y me quedé con la frente muy en alto. Jamás saldría con Sebas en esas condiciones, porque no me gusta someterme a ninguna regla de quinta categoría. Por lo visto nadie es perfecto, ya me parecía que Sebas era demasiado "maravilloso" como para ser amigo mío. Lo cual corrobora mi teoría que los gays son (somos) más complicados que los heterosexuales. ¿Qué vendrá a continuación? ¿Una bomba nuclear sobre ma tête?

Posteado por Cyan a las 12:52 p. m.
 
 

Pendant ce temps...
miércoles, noviembre 17, 2004

Intentando recuperar algo de la estabilidad que alguna vez gocé y disfruté, me puse a analizar las distintas opciones que tengo en este momento de incertidumbre frente a la ausencia (absoluta) de Pertur. Suena terrible decirlo, pero actualmente mi prioridad en la vida no es tener un trabajo estable, tampoco lo es comprar todo lo que se me antoje, ni mucho menos alcanzar las metas que me propuse cuando me lancé de lleno en este torrente de calamidades contínuas. Mi prioridad en la vida es lograr que alguien se fije en mí, sentir calor humano, cariño, besos con ternura, y el día que alguien me diga "Cyan, te amo y me daría mucha pena que murieses" sentiré que entonces, sólo entonces, podré morir en paz y tranquilo con mi conciencia.

Muchas opciones no tengo, salvo una pléyade de relaciones calamitosas mal sobrellevadas, y revivirlas sería, más que poner el dedo en la llaga, arrancarse la piel a tajadas. Realizaré un viaje de regresión, buscando las razones por las cuales mi vida está como está. Porque a pesar de que la mala suerte y la mala estrella bajo la que nací me hizo toparme con hombres que no valían la pena, en algún momento me puse a pensar que quizá el error estaba engendrado en mí. El problema tal vez no sean ellos, sino yo. Yo, con mi capacidad de obsesionarme en menos de dos minutos. Yo, capaz de atosigar con mensajes de texto, llamadas, e-mails. Yo, capaz de cansar y aburrir a las personas diciéndoles una y otra vez "te necesito, no te vayas, no te has ido pero ya te extraño, sin ti mi vida no tiene sentido". Yo, sintiendo celos enfermizos que me carcomen por dentro. Hasta la persona más paciente del mundo se cansaría de mí, eso sí lo tengo clarísimo.

¿Existirá alguna terapia para hombres que aman demasiado? ¿Acaso algún psicoanalista podrá lograr que yo, Cyan Uroh, pueda vivir una vida felíz y despreocupada de celos junto a un hombre que no necesariamente me diga "te amo" todos los días? No estoy dispuesto a pagar dinero de mi bolsillo para averiguarlo. Lo que haré, por el contrario, es descubrir las raíces del problema. Como Cecilia Roth en "Todo sobre mi madre", tomaré el tren de vuelta hacia los senderos del dolor, en un viaje de autodescubrimiento post-trauma. Descarté como primer destino una posible conversación con Pendex, porque Pendex demostró, hace unos meses, seguir siendo el mismo chiquillo putón con la innata habilidad de destruír las vidas de cuantos se cruzan en su camino.

También tengo que borrar de mi mapa de navegación a mis amores platónicos, como Akio, el primer nikkei que amé. Lo descarto porque ser heterosexual, y de heterosexuales ya no quiero saber nada (suficiente tuve con Pertur). Además, Akio está por partir de viaje a Japón, así que se encuentra totalmente fuera de mi alcance, por más que en aquella tierna sonrisa quiera revivir los momentos en los que era suficiente que me dirigiese la mirada. Por consiguiente, la primera estación será Hiro, aquél nikkei despreciable que curiosamente me hizo vivir una de las etapas más plenas de mi vida. Como no estoy preparado para verlo en persona (porque aún no trago la idea de que alguien que haya estado conmigo tenga ya mi reemplazo), lo someteré a un interrogatorio vía MSN, con la ventaja que no podré verle la cara cuando me suelte las mentiras que está acostumbrado a vomitarme.

In the meantime, tengo tres cosas en qué pensar: mi amigo Sebas (¿lo recuerdan?), quien no me encuentra atractivo, pero que al menos es gay y es una persona estupenda; la segunda opción es el actor rarísimo con el que nunca me volví a comunicar (seguro está esperando mi llamada); y la última opción sería ir a una discoteca gay con el único objetivo de intentar cazar un punto. Jamás he sido asiduo a los sitios gays, el ambiente homosexual es bastante asfixiante y nunca me he sentido a gusto, pero tampoco tengo otra salida, allí suele concurrir mucha gente, de todos los gustos y colores, de algún sitio terminará cayendo alguien. Y sea quien sea, será más que bienvenido.

Posteado por Cyan a las 1:55 p. m.
 
 

Kotoshi no sabishii no matsuri
lunes, noviembre 15, 2004

El fin de semana que pasó pude constatar el grave estado de salud mental en el que actualmente me desenvuelvo. Gracias a una rápida búsqueda en Google, obtuve algunos resultados que denotan un alto índice de depresión, como si no me hubiese dado cuenta antes, pues nadie conoce mejor su cuerpo que uno mismo. Conclusiones: pérdida constante de sueño (hace mucho tiempo que desconozco aquella maravillosa sensación de modorra a la hora de ir a dormir), incremento de cansancio sin haber realizado actividad alguna, ausencia de deseos, metas, aspiraciones. Aprendí a ponerme una máscara y actuar contrariamente a mis expectativas, y por consiguiente, la tarea del día fue aprender a reír llorando. Le hice una promesa a Nené de no volver a tomar pastillas de ninguna clase, lo cual me sume en una situación de absoluta infrahumanidad. Me sentí 100% gay cuando me dirigí a una farmacia a comprar maquillaje, y experimenté en carne propia las miradas de reprobación de la gente y de la vendedora al pedir una base facial.

El día sábado me senté al espejo, cual dama, para maquillar mis ojeras y disimular mi palidez. La fiesta la llevo por dentro, no quiero que nadie se entere del infierno en el que vivo. No soy como esas personas que asisten a las reuniones con caras de entierro y expresión de estar diciendo "ayúdenme". Porque yo no necesito ayuda. No necesito un médico, como dicen mis amigos más cercanos, que no cesan de venir a visitarme e intentar hacerme sonreir. Los músculos de las comisuras de mi boca se han contraído y me impiden esbozar siquiera una tímida sonrisa, y tampoco necesito hacerlo. No hacen falta terapias ni curas del sueño. Lo que necesito es amor.

De modo que una vez finalizada mi sesión de transformación emocional exterior, me puse la máscara de "no-me-pasa-nada", guardé mi cámara de video en mi maletín rojo eléctrico y me dirigí a las instalaciones del Estadio La Unión (AELU), donde se realizaba el Matsuri de este año. Tenía ganas de ver a mis amigos, reencontrarme con la música, los olores y la alegría de la colectividad japonesa. Cuando una vez allí, me encontré cara a cara con Hiro, reparé en el gran error que cometí al asistir. Hiro ya tiene casi 30 años, y el tiempo ha comenzado a hacer estragos en aquél rostro regordete, sobretodo en las líneas de expresión y en aquella chispa en su mirada. Parecía gratamente sorprendido de verme ahí, después de tanto tiempo. Sin embargo a mí me dieron náuseas, no por el encuentro en sí, sino por su hipocresía. Sigue siendo el mismo chico mentiroso y miserable, personalidades que oculta tras su sonrisa aparentemente sincera. Tuvo la desfachatez de llamarme "ingrato", y me conformé con lanzarle una mirada reprobatoria.

Giré sobre mis pasos y me dirigí hacia los stands de comida. Adquirí un soba y un plato de yakitori, me separé de mis amigos y me senté en una grada, dispuesto a deborármelo todo de un sólo bocado, pues la depresión es la mejor receta para tener un hambre voraz y engordar hasta que la piel se nos ponga de un grosor y una textura cuasi neumática. Alguien a mi costado me dijo "Hola". Inclusive antes de voltear ya había reconocido aquella maravillosa voz que durante 2 años me hizo delirar en los infinitos senderos del infortunio. Era Akio. No pude más y lo abracé. Intenté lucir sonriente y felíz para él, porque se lo merecía. Akio me saludó con cariño, entabló una conversación tan agradable que saqué mi cámara de video y me puse a filmarlo. También le tomé fotos, sin importarme lo que fuese a pensar. Una chica surgió de entre el tumulto y a gritos arrastró a Akio y se lo llevó consigo, porque ya estaban por cargar el mikoshi. Sonreí al caer en cuenta que Akio seguía causando el mismo revuelo en mi interior, como antaño. Me pasé el domingo entero frente al televisor, viendo en la pantalla a Akio sonriendo, conversando, mirándome, bajando la mirada. Y nunca antes me sentí tan solo y tan triste a la vez.

Posteado por Cyan a las 12:22 a. m.
 
 

Las 5 del viernes en sábado + news
sábado, noviembre 13, 2004

Ayer fue un día de meditación y extrema desesperación. Temo cometer una locura pronto, pero no lo hice, entre otras cosas, porque era el cumpleaños de mi Nené, al cual le deseo lo mejor del mundo, porque cada día que pasa lo quiero más (me gustaría estar enamorado de él y sufrir por su causa, que estar así por Pertur, aunque como bien dice el conocido refrán "nunca digas de ésta agua no he de beber"). Por otra parte, cancelé mi encuentro con Ricky Szimo. Fue una tontería, lo sé, pero no puedo evitar que las lágrimas sigan cayendo con mi rostro. No puedo hacer el amor llorando. En conclusión, mejor me pongo a responder las preguntas de ayer, que están mucho más interesantes que mi vida al borde del abismo.

1. Tus cinco palabras predilectas.
¡Qué divertido! Vamos a ver lo que aprendí de mi maestra Alicia Silverstone en "Clueless":
a) AS IF!!!!
b) Phwleeez!!!
c) What-everrrr!!!
d) Oh my cat!!! (gracias, Ricardo Emeaya)
e) Mèrde!!! (ésta última es reciente)

2. Tus cinco canciones para enamorar.
Oh my cat!!! Eso sí que está muy difícil, pero trataré de ser conciso y justo.
a) Baby love child (Pizzicato Five)
b) Exit Music (Radiohead)
c) Stay by me (Annie Lennox)
d) Come to me (Bjork)
e) Can you celebrate? (Namie Amuro)

3. Tus cinco trabajos soñados.
Eso sí está definido desde mi más tierna edad.
a) Ser director de cine.
b) Ser guitarrista y vocalista de la primera banda "Shibuya-kei" del Perú.
c) Ser un escritor "maldito" (la raza ya se extinguió).
d) Ser artista plástico para exponer en el Louvre.
e) Lo más importante: ser un amo de casa dedicado y comprensivo, vivir sólo, por y para mi esposo, ser su esclavo, totalmente sumiso, dejar de existir para dedicarle mi vida y para que nunca se vaya con otro (aunque los hombres siempre sacan los pies del plato, así estén con un pie en la tumba).

4. Tus cinco acciones para evadirte.
El cuento de nunca acabar:
a) Ahorita no puedo, estoy en una junta de trabajo, pero después te llamo.
b) No pude llamarte porque regresé cansado, mañana te llamo.
c) Me cortaron el celular por falta de pago, estoy sin un céntimo, mañana iré a la universidad y te escribiré un e-mail.
d) No pude salir de casa, me agarró la depresión, tomé unos prozac de más y terminé en cama.
e) ¿Acaso no entiendes todas mis indirectas? ¡ERES UN PÉSIMO AMANTE Y TIENES EL PENE CHICO!

5. Tus cinco objetos codiciados.
a) El pene de Pierce Brosnan (es un objeto del deseo).
b) Un CD autografiado por Morrissey (si puede estampar su firma en mi cuerpo, mejor).
c) El afiche original de cine de "Cannibal Holocaust".
d) Todas las serigrafías de Warhol.
b) El calzoncillo que Robbie Williams usó en "Rock DJ".

Posteado por Cyan a las 1:22 p. m.
 
 

Muriendo un poco
jueves, noviembre 11, 2004

No puedo perder a Pertur. No puedo. Tampoco estoy llorando, ni gritando, pero siento que con él, se fue también una parte de mí. Siento un terrible vacío, casi tan grande como el espacio que él ocupaba en mi corazón. Anoche sentí que el dolor punzante me arrastraba hacia los abismos de la locura. Tengo que pensar en otra cosa, realizar nuevas actividades, tener sexo, o algo, cualquier cosa, con tal de lo pensar en él, mantener la mente ocupada para, ya lo dije, no volverme loco. Pero mi vida es una gran contradicción, pues a pesar de estar al borde del abismo, siempre encuentro alguna manera de reincidir en la herida abierta, al menos indirectamente. Esta peculiar costumbre hace que la gente no me comprenda, y que varias personas quieran inclusive asesinarme, pero... ¿qué puedo hacer? A estas alturas ya no puedo modificar mi personalidad, tan sólo mi apariencia. No soy de los que suelen exteriorizar sus emociones, muchos podrán verme reír, pero por dentro estoy muriendo poco a poco, cada día.

Serían alrededor de las 8 de la noche cuando llegué a casa extenuado y con ganas de tirarme a dormir sin tomar ninguna píldora. El dolor cansa, altera, desespera, aletarga. Un dolor tan intenso es como cargar una cruz imaginaria, pero te quedan las cicatrices y la sensación de infinito cansancio. Nada, ni siquiera la buena noticia de un posible empleo en el equipo de rodaje de la nueva película que Augusto Tamayo está rodando actualmente en Lima, pudo arrancarme una leve esperanza. Antes, hacer cine era mi vida. Creo que ahora, la vida me exige amor, cariño, comprensión, antes que cualquier cosa material o logro transcendental. Por lo tanto, no me autoflagelé físicamente (la navaja de afeitar parecía mirarme con deseo, pero mantuve la promesa que le hice a Nené de no volver a hacerme daño, aunque pocos saben que una navaja bien usada puede causar dolor y sangrado, pero no cicatrices).

Harto de dar vueltas en la cama, tomé una sola píldora y dormí unas inclementes 3 horas. En este estado soy capaz de hacer cualquier cosa, pensé, así que opté con guardar el frasco. Me pusee a releer una de mis obras favoritas: "Las Vírgenes Suicidas", de Jeffrey Eugenides, y me asaltó la absoluta desolación cuando evoqué el tiempo que he venido desperdiciando. Un suicidio en la adolescencia, como las hermanas Lisbon de dicho libro, me hubiesen protegido de llegar hasta este punto. Quizás estaría más felíz estando muerto y enterrado que sentado frente a una PC escribiendo, vomitando, todo lo que me rectifica la idea de que el suicidio puede ser la única solución.

Tiré el libro a la mitad del tercer capítulo y para mi sorpresa, me encontré a Vodkita en el MSN. Fue la única a la cual me provocó transmitirle toda mi frustración, e hice bien, porque ella ideó, buscó, indagó. Como resultado, me comunicó que una de sus amigas conocía a Pertur. Me confirmó que mi niño aun no toma cursos de facultad, sino que cursa el segundo año de Estudios Generales. A continuación, cuando Vodkita le contó a su amiga que yo estaba enamorado de ese chico, la respuesta fue contundente:

"Pertur Bado? PUTA QUÉ ASCO!!!!" (Amigadevodkita dixit)

Aquella afirmación no me molestó en lo absoluto. Al contrario, me tranquilizó. Mi niño no es deseado por nadie salvo yo, que cual conjuro esotérico puse mis ojos, como siempre, en el hombre equivocado. Es más seguro estar enamorado de alguien que no existe para la mayoría de chicas que un galán de telenovela juvenil. Por otro lado, hoy intenté conseguir el teléfono o el e-mail de mi niño porque El Viejo, mi compañero de clase, los tiene. Él se los dio cuando hicieron juntos el diálogo en francés. Tuve que hacerme el desentendido y montar toda una comedia para que El Viejo se ofreciera a darme un aventón en su carro y así crear un ambiente más "íntimo". Craso error: El Viejo hablaba de todo menos de lo que más me interesaba: Pertur. Tuve que cortar su inverosímil cháchara de la tercera edad para preguntarle por él. Me sorprendí cuando su rostro se ensombreció.

"¿Pertur? No tengo su teléfono, tengo su e-mail, puedo escribirle para que me de su teléfono, pero ya no vale la pena. Además ¿para qué? Si ni siquiera le interesa el curso, yo le mandé un resúmen de las clases y nunca respondió. Es inteligente, pero no se puede hacer nada si no tiene el mínimo interés" (El Viejo dixit)

No insistí, porque mi mente calibró una conclusión absoluta a todo este problema: no puedo vivir sin él. Por eso, tengo tres opciones: 1) Arriesgarme a escribirle un e-mail anónimo a su correo de alumno de la PUCP (el cual puede que nunca revise) y decirle quién soy y que lo amo con locura. O sino, 2) Entrar a la PUCP, quedarme todo el día ahí, buscar, preguntar y encontrarlo. 3) Hacer guardia en la puerta de su casa (ya he dado vueltas por ahí) y abordarlo cuando esté por entrar y decirle, amenazadormente, que ya no puedo más y estoy a punto de quitarme la vida por él. Quizás se asuste y llame a la policía o al Serenazgo. No me importa ir preso. Soy esclavo de mis sentimientos, de los cuales él es el único dueño.

Posteado por Cyan a las 1:03 p. m.
 
 

Hardness & a sudden call
miércoles, noviembre 10, 2004

Recién noté que tenía una explosiva erección cuando mi pene empezó a estrujarse con dolor bajo el inclemente jean desteñido. Es curioso estar devastado por la pérdida de algo que nunca fue tuyo y que al mismo tiempo tu cuerpo te pida sexo con ansias. Ya no estoy en mi etapa del gato de "Breakfast at Tiffany's". Estoy en mi etapa del gato de "Pudor" (la novela de Santiago Roncagliolo, de lectura obligatoria, la cual después de leerla me hizo pensar que, después de todo, uno no está tan solo en este mundo). O mejor aún, la gata de Cartman en "South Park" (aunque esta última era putísima, yo también lo soy pero opto por el perfil bajo y hacerme el desentendido). Por eso, cuando estaba en plena faena de re-re-re-diseñar el blog, el aire que entró por la ventana acarició mi nuca, y me hizo recordar las caricias de un amante anónimo. Inmediatamente mi pene pidió a gritos que mi mano aliviara su tensión.

Como ya se habrán dado cuenta, soy una persona a la cual el sexo le afecta demasiado. Actualmente fluctúo entre mi etapa depresiva-maníaco-compulsiva (que yo suelo llamar "la regla") y mi etapa "horny". Cuando paso más de un mes sin tener sexo, estoy fácilmente excitable, also known as erección las 24 horas del día, la peor incomodidad del mundo. Me acuesto a dormir y me excito. Sueño con amantes inalcansables y me excito. Me levanto en 90 grados. Tomo una ducha y el agua tibia me excita (no me gusta masturbarme bajo el agua). Estoy desnudo, secándome, y mi reflejo frente al espejo me excita. Me pongo el calzoncillo y froto mi erección contra el espejo y me excito. A veces es mejor guardar energías para el próximo encuentro sexual, pero a veces el volcán estalla y es difícil permanecer inclemente. Gracias a Dios, nuestra mano es la única que puede librarnos de este cruel percance.

Me encontraba frente a la pantalla de la computadora viendo unas fotos de Pierce Brosnan sin camisa, imaginando a mi pene frotándose contra esa contundente selva de vello pectoral, cuando mi celular sonó, retumbó y acabó con mi erección en un santiamén (no hay mejor remedio). Al contestar no podía creerlo. Era Ricky Szimo, aquél tipo al borde de los 40 años, delgado, blanco y con apariencia de príncipe europeo en quiebra, con el cual tuve un encuentro sexual sin penetración hace unos meses. Me sorprendió gratamente su llamada, no me lo esperaba, sobretodo si me pongo a recordar aquellos interminables días en los cuales intentaba comunicarme con él y simplemente no contestaba o me daba excusas vanas. Y yo que pensaba que cuando le dije que no quería ser penetrado (Ricky es activo) se había molestado conmigo. Hasta su sémen conseguí saborear un buen rato antes de botarlo por el lavabo (ya no me trago nada).

Muy suelto de huesos, Ricky me dijo que había heredado de su padre agonizante, un departamento en un distrito no muy "exclusivo" que digamos, pero al menos imagino que será más agradable que el lúgubre espacio que habitaba cuando lo conocí. No hay cosa que me guste más que un hombre obviando los rodeos y yendo directo al grano. Así fue. Ricky me dijo que si gustaba, el viernes podía darme una vuelta para "conocer" su nueva "guarida". Sutil invitación para poder decirme que quería hacerme el amor. Acepté encantado por el recuerdo de lo bien que lo pasamos, y más porque Ricky sugirió que trajera conmigo mi cámara de video. Aquello me dio demasiado morbo. Acepté, me despedí de él, colgué y me masturbé pensando en TODO lo que podremos hacer este viernes. Yo, él y la cámara: un mejor trío no puedo conseguir en la vida.

-Nota del autor: Y de Pertur, ni señales.

Posteado por Cyan a las 4:34 p. m.
 
 

Sayounara Pertur
martes, noviembre 09, 2004

Fue curioso, porque no lloré. Las lágrimas se habían secado el mes pasado, cuando entendí que estaba enamorado de él. Y me hice la firme promesa de no volver a autoflagelarme, no reincidir en el suicidio, hacerme la idea de que no existe ni existió. Vaya tarea. A veces los sentimientos pueden más que las acciones, el deseo puede más que la voluntad. Me venció el dolor. Nunca antes había llorado sin lágrimas, sintiendo excremento en la boca del estómago. Hoy debo cerrar un capítulo más de esta vida que nunca quise tener, ni continuar. Hoy debo decirle adiós a otro chico que amé hasta el infinito y las estrellas. Otro chico que nunca se enteró de nada. Otro más que no se fijó en mí.

Extraño el dolor en los dedos de tanto teclear. Extraño las horas que pasé tratando de redactar lo irredactable de mis sentimientos, el abismo que me dictaba mi propia frustración. Echo de menos los posts gigantes que alguna vez mi subconciente me permitió vomitar. Pero la incongruencia me ataca. Temo seguir dándole vueltas al asunto sin llegar jamás a una conclusión lo suficientemente clara. Pertur Bado tampoco fue a clase hoy, y algo en mi interior me dice que no lo volveré a ver. Salió de mi vida tan rápido como entró. Así de fácil y sencillo. Se fue y no regresará más. Se fue y sin embargo se quedó aprisionado en mi corazón, como un gancho que se clava sin compasión y desgarra los tejidos del músculo, sumado a ese dolor primigenio que te absorve, que te impide realizar nuevos proyectos, trazar metas, volver a soñar. O a ilusionarse.

¿Ilusión? Si el ser humano no soñara, no existirían las ganas de vivir. La vida está hecha de sueños. Sueños de llegar a ser alguien mejor, sueños de tener una vida sin preocupaciones, sueños de llegar a la cima, sueños de poseer a la persona amada. Yo ya no tengo sueños. Esta mañana, al defecar, mis sueños se fueron por el drenaje del inodoro. Sólo quedan las ganas de llorar sin conseguirlo, un vacío contínuo de mente y espacio-tiempo. Estoy seguro que algún día, muchos años después, me volveré a cruzar por la calle con él. Lo veré en terno, con un auto sublime, seguramente casado y con hijos que monopolizan su cariño. Yo seguiré solo, desamparado, porque los gays siempre terminamos solos. Y en el abismo de mi soledad contemplaré las arrugas, las piel desgastada, la mirada de ese señor que alguna vez fue un chico precioso, pálido y con una piel tan suave como el durazno. No. No puede ser. Ya lo pensé mejor, y no quiero que eso pase. Me quedaré con el recuerdo de aquél chico que llegaba tarde a clase, que hablaba con voz de niño, que tenía risa de idiota y sonreía como un Pokemon. Por siempre y para siempre.

Posteado por Cyan a las 1:12 a. m.
 
 

Versión 2.0: Rediseñando el mito [Edit]
lunes, noviembre 08, 2004

Una vez leí en alguna novela que los gays sólo nos sentimos cómodos cuando tenemos sexo con extraños. Además se dice que el 70% de gays cambia de pareja como quien cambia de calzoncillo, o de color de pelo (como yo). Por eso, como enemigo mortal de la costumbre y lo cotidiano, mi idea inicial era cambiar el diseño del blog todos los meses. Lamentablemente el ocio, el olvido y la falta de tiempo pudieron más que mi desbordante talento (sic). Así que muy a mi pesar les presento una visión actualizada de mi mundo interior, protagonizada por una imágen cortesía de Getty Images y unos textos rimbombantes extraídos de un par de videos de Pizzicato Five.

El color verduzco del fondo me gustó desde un principio, pero reconozco que de fondo sobre el texto de los posts ya no se ve tan bien. Parece que mi arte y mi buen hacer han entrado conjuntamente en crisis por la ausencia de Pertur en la clase de francés (sí, está matriculado, pero ya lleva 5 faltas hasta hoy) y por mi adorado Nené, al cual estuve apunto de decirle "te amo" vía MSN. No puedo decírselo hasta aclarar las ideas en mi cabezota, aunque empecé a sentir celos, esos celos enfermisos que carcomen el alma y no le hacen ningún bien a nadie. Hasta conseguir divisar el porvenir con claridad, espero realmente que les guste este nuevo diseño (yo estoy empezando a odiarlo).

*Versión 2.1 [Edit]

¿Todos vuelven? La nostalgia pudo más. Se me fue Pertur, pero recuperé al chico anoréxico arrancado de una publicidad de Calvin Klein que protagonizaba la versión anterior, amén de mi mal humor y de las malas críticas que recibió cierto individuo japonófilo. Y aquí me quedo, porque como este diseño tampoco me satisface, es posible que de vez en cuando vaya variando los colores o de tipos de letra para el logo. ¿Deseas ver más carne en los próximos diseños? Se aceptan sugerencias.

Posteado por Cyan a las 4:14 p. m.
 
 

Le acteur très bizarre
domingo, noviembre 07, 2004

Dos cosas jugaron en contra de mis deseos: el haber llegado tarde y los compromisos que impidieron que el actor pudiese quedarse platicando conmigo. Un mal cálculo de tiempo provocó que yo llegase 45 minutos tarde, con la desgracia añadida de no poder llamarlo a su celular para advertirle mi retraso, porque en la combi se encontraban un par de tipos de dudosa procedencia y extrema descofianza. Cuando llegué al parque donde habíamos pactado el encuentro, me encontré con un individuo un poco más bajo que yo, corpulento, y con gafas de sol, supongo que para evitar ser reconocido en la calle. Su expresión seria me hizo temerme lo peor, no obstante hice de tripas corazón y le tendí, presuroso, mi mano. "¿Tú eres Cyan?" me preguntó con voz viril, y a continuación se quitó las gafas.

Lo que pude comprobar, desolado, es que la televisión le hacía un gran mal a ese físico irresistible. El gimnasio había acabado con sus kilos de más y ahora lucía orgulloso sus brazos enormes y musculosos, su pecho ancho y sus biceps definidos, cubiertos con una abundante capa de vello rubio luchando por salirse de su camisa blanca entreabierta. Camisa blanca y vello en el pecho: combinación explosiva para quien escribe. Cuando observé sus ojos creí perderme en ellos, como Debbie Gibson. Quizás los ojos más bellos que he visto en mi vida: un color entre verde y turqueza con brillos pardos, preciosos, que acentuaban el color de sus cabellos castaños y su bigote seguramente suave al tacto.

Lancé un aullido de dolor para mis adentros porque mi erección fue tan violenta que mi pene se estranguló dentro de mi calzonillo. Felizmente la erección bajó tan rápido como subió, porque noté que el actor estaba sinceramente ofuscado por mi tardanza. Lamenté el haber empezado con el pie izquierdo nuestro encuentro, y aceptó mis disculpas con agrado, pero tenía un problema: sólo disponía de una hora para hablar conmigo, y como ya habían transcurrido 50 minutos de esa hora, estaba por irse. Acepté su partida sin chistar, y fue curioso porque me pidió que lo acompañase hasta el paradero. Supuse que la crisis económica se extendía también al gremio actoral, como para no tener auto propio, además yo también tenía que irme a casa porque era tarde y aproveché para subirme a un micro con él.

Pese a que el micro estaba repleto, el actor no se cortaba y hablaba hasta por los codos en un tono de voz bastante alto. Yo escuchaba la conversación con fingido interés porque me intimidaban las caras de los pasajeros que nos observaban con curiosidad y hasta con vergüenza ajena. Vergüenza ajena fue lo que sentí a continuación cuando el actor finalmente se calló y empezó a observar con detenimiento a un joven que estaba lejos de nosotros, sentado contra la ventana. El chico en cuestión era flaco, de piel tostada, narizón, boca ancha y ojos amarillentos, un claro representante de la raza netamente andina. Cuando pensaba que aquél chico podía ser el hijo perdido de algún príncipe Inca, el actor lanzó a voz en cuello "¿Amigo, tienes hora?" a aquél chico que estaba a varios pasajeros y asientos de donde estábamos nosotros. El Inca ni siquiera tenía reloj en las muñecas, así que metió su mano en un maletín mugriento para sacar un reloj pulsera viejísimo, sin correa, y le dijo la hora.

Actor: ¿Y de acá como cuánto tiempo falta para Miraflores?
Inca: [Tímido] Unos 45 minutos, señorsh...
Actor: ¿Y tú de dónde vienes amigo?
Inca: [Tímido] ¿Yo?, desde Chosica señorsh...
Actor: Ah, qué bien... ¿y qué haces por la vida, amigo?
Inca: [Tímido] Emm... trabajaba en una panadería, señorsh... pero ahora vendo libros de superación personal a domicilio.
Actor: Qué bueno... mira yo me llamo Actor Pococonocido ¿y tú cómo te llamas?
Inca: [Tímido] ¿Yo? Pues me llamo Elmer Mamani Cusicanqui, señorsh...
Actor: Encantado... [Refiriéndose a mí] Él es Cyan, un amigo cineasta que acabo de conocer, que me acaba de llamar para protagonizar un corto que filmará pronto, pero aún no hemos podido hablar de eso, recién nos conocimos hace unos minutos, porque llegó tarde y tuve que esperarlo 45 minutos, imagínate...
Inca: [Tímido] ....

Por primera vez en la vida quería que la tierra me tragase y desaparecer de la faz del universo. ¿Qué mierda estaba haciendo este actor de poca monta? ¿Estaba auto-ofreciéndose a un individuo tan feo que podría ser nuestro mayordomo? Había que reconocer su valentía y desfachatez para entablar conversación con un desconocido y sonsacarle información, a vista y paciencia del resto de pasajeros que nos observaba con horror. El asiento que estaba al lado del Inca se desocupó y el actor muy suelto de huesos se sentó a su lado, cuasi aplastándolo para pegarse lo más posible a él, y empezó a contarle acerca de su famosa y reconocida "trayectoria" en las tablas, el cine y la TV.

Además, le pidió que le enseñara sus libros de superación personal porque él "compraba siempre" y estaba interesado en que "fuera a su casa a enseñarle toda su mercadería". El actor sacó una libretita y anotó el nombre y el teléfono del atontado Inca. Hasta su dirección logró sacarle. Yo los miraba con estupor y me fui más lejos para evitar que la gente me asociara con tan patética escena. El Inca se emocionó al saber que el actor era actor, y dijo que "como ya habían intercambiado sus teléfonos, seguirían en contacto". Luego se despidió del actor con un apretón de manos y se fue dejando un olor fétido a sudor.

Actor: [Riendo] Como ves me encanta conversar con todo el mundo y hacer nuevos amigos.
Cyan: Sí, ya me di cuenta...

El actor siguió haciendome un recuento a gritos de toda su experiencia profesional en los medios, como para que el resto de gente también lo escuchara. Sin embargo, no se cortó y me contó el problema que había tenido con las drogas, su posterior rehabilitación en una clínica de desintoxicación y hasta su matrimonio de 2 años de duración con una famosa actriz de telenovelas. Por dentro yo ardía en rabia. Si esto era cierto, entonces el actor no podía ser gay. ¿O quizás era bisexual, y además, con pésimos gustos en cuanto a hombres? Podría estarme equivocando, pero estoy casi seguro que el actor quería llevarse a la cama a este despistado Inca. Tenía el mérito de perseguir sus objetivos hasta el final y eso es digno de admirarse.

Mientras tanto, me dejó con la miel en los labios, me quedé con el tacto la piel de sus brazos sobre mis codos y con una erección indomable. El actor me dijo que lo llamase otro día y que podíamos planear un encuentro en su casa para estar más cómodos. Por el momento tengo 2 cosas claras: 1) quiero acostarme con él, estoy dispuesto a todo por tenerlo siquiera una sola vez entre mis brazos y 2) si le gustan los chicos feos y con apariencia de nativos entonces estoy lejos de gustarle. Aunque como diría Alaska: "Nunca se sabe".

Posteado por Cyan a las 1:57 p. m.
 
 

Sex, lies & videotape
sábado, noviembre 06, 2004

Desde hace unos años me he sentido fascinado por un actor que no es muy conocido, al cual he visto siempre interpretando roles secundarios en películas, novelas, teleseries y comerciales. Su aspecto de tirano nazi y su contextura gruesa me causaron un increíble morbo desde la primera vez que lo vi en pantalla. Lamentablemente, a pesar de frecuentar el ambiente artístico, no tuve mayor contacto con él, pues lo llamé repetidas veces para que participara en los cortos que realizaba durante mi época de estudiante de cine en la universidad, y él nunca parecía disponer de tiempo. El actor se convirtió, pues, en alguien con quien deseaba trabajar ansiosamente en algún proyecto, más aún cuando mi amiga Addy Possa, que también es actriz, me comentó los rumores que cundían acerca de la posible homosexualidad de dicho actor.

La semana pasada, al salir de mi clase de guitarra, lo vi caminando por Miraflores. Comprobé que era mucho más atractivo en persona. Me dieron ganas de abordarlo, pero me corté porque el actor no venía solo. Un chico de masculinidad dudosa lo acompañaba. Un tipo tan delgado y delicado que se notaba a leguas que era gay. Y lo peor de todo, gay sin gracia ni atractivo. Me pregunté si el actor pudiese llegar a tener tan malos gustos en materia de hombres, y el gay repulsivo me lanzó una mirada feroz como diciendo "quita tus ojos que este hombre es mío". Así que pensé: si el actor es gay, naturalmente puedo seducirlo en menos de lo que canta un gallo, de paso sanaré mis heridas de amor y me lo pasaré en grande, porque considero que echar un polvo con alguien que me da tanto morbo es la mejor receta para el desamor.

Cuando llegué a casa vislumbré una idea mucho más jugosa: si deseo conservar mi "reputación" y no llevármelo a la cama de buenas a primeras, puedo llegar a intimar y hacerme amigo suyo. La solución: planificar un cortometraje para otorgarle el rol protagónico. Así mataría dos pájaros de un tiro. Busqué entre los tantos guiones que conservo en la PC y elegí el más controversial de todos, que exigía desnudos integrales y otras aberraciones surgidas en mi subconciente malsano. Sólo tendría un impedimento: el factor económico. Aunque bien pensado, con la situación que atravesamos, ningún actor cobra por intervenir en un cortometraje independiente, sobretodo si el corto adquiere prestigio. Mi actor es además un excelente intérprete, y con unas cuantas dosis de estética underground y mala leche, puedo lograr algo nunca antes visto en el Perú. Quizás hasta consiga presentarlo en Sundance (soñar no cuesta nada).

Lo cual me recuerda que hasta la fecha no he conseguido editar el primer cortometraje que rodé en junio de este año. Fue un rodaje accidentado, pues todo el casting me canceló dos días antes de iniciar las grabaciones y tuve que emplear a amigos y conocidos en los roles protagónicos, que lo hicieron de muy buena fé, pero lamentablemente de actuación no entiendían ni un pito. Si consigo filmar este segundo cortometraje, con el actor en cuestión, la experiencia ganada me impediría cometer los mismos errores de la primera vez.

Fue toda una odisea conseguir su e-mail, porque consideré que era más simple enviarle un correo electrónico que llamarlo por teléfono. Además, mi extrema timidez me lo impediría. Le escribí proponiéndole una posible colaboración en un proyecto audiovisual independiente, y adorné la cosa para parecer muy profesional (pensándolo bien, no la adorné, porque SOY un profesional). En el texto incluí mis teléfonos, por si le apetecía acelerar el proceso. Ayer en la noche, al llegar a casa, noté que me había dejado un mensaje en la contestadora, pidiendo que por favor me comunicase con él. "¡Vaya rapidez!" pensé. Sin embargo era casi medianoche, no podía llamarlo a esa hora, pues resultaría demasiado impertinente.

La ansiedad pudo más, y 15 minutos después de las 12 de la noche lo llamé. Cuando me había cansado de escuchar el repique del teléfono y estaba a punto de colgar, contestó una voz somnolienta. Mierda, estaba durmiendo. Pero actuó como todo un caballero y aparentó no haber estado en su quinto sueño (y dudé si en verdad fuese tan buen actor para no saber fingir). Quedamos para vernos hoy en la noche en un parque cercano a su casa. Tiemblo al escribir estas líneas porque estoy hambriento de sexo, y no me importa lo vulgar que suene decirlo. Después de haberme masturbado, respectivamente, con el recuerdo de Pertur y la imágen de Nené por webcam, mi cuerpo necesita ser tocado por unas manos fuertes como las del actor. Voy a tener que hacer un esfuerzo para no saltarle encima ni bien nos saludemos. Sería apresurar las cosas demasiado. Quiero y no quiero ir a la cama con él. Mis instintos se encuentran en conflicto con mi razón. Más pragmático no puedo ser.

Posteado por Cyan a las 4:16 p. m.
 
 

A los años...
viernes, noviembre 05, 2004

Debo aclarar que la flojera aún no ha hecho mella en las manos que escriben acompasadamente sobre mi teclado. La razón por la cual no he vuelto a responder las preguntas de Las 5 del Viernes es por la carencia de temas interesantes, las constantes interrogativas sin pies ni cabeza y, lo que es peor, la falta de sentido común y creatividad de las preguntas de dicho blog. Como veo que el tema de este viernes me toca muy directamente, he decidido responderlas.

1) ¿Tienes un album de fotos PERSONAL? (sólo para tu uso) Si es así, ¿cuánto tiempo llevas con él?

Si la pregunta se refiere a un book, entonces mi respuesta es afirmativa. Por razones obvias, un gay a la caza siempre tendrá a la mano una gama de instantáneas personales para interesar a sus posibles amantes, y cuanta más carne se enseñe, mejor. En mi caso, a falta de carne y músculos (mi cuerpo siempre ha sido delgado y últimamente la grasa se ha acumulado en mi barriga), siempre tengo disponibles por ahí un par de fotos recientes, las cuales me tomo yo mismo o con la ayuda de mi amigo Funky, en las cuales trato de reproducir mi apariencia física con la mayor fidelidad del mundo para evitar sorpresas de último minuto a aquellos que acuden (esperanzados) a una cita conmigo.

2) ¿Cuál es la foto que mas aprecias, quieres, adoras y nunca perderías por nada del mundo?

Una en la que yo, a mis 4 años, aparezco con un traje celeste de marinerito y una pose muy a lo estrellita infantil de teleserie a punto de ser cancelada. Mi madre se empeñaba en mostrarle a todo el mundo lo bello (según ella) que era su hijo. Años después, se retractaría de su bondadosa afición cuando la adolescencia, el punk, el gothic, el maquillaje, el color negro, Siouxsie Sioux y Nicola Sirkis le arrebataran a su único retoño y lo mimetizaran como un híbrido entre new wave londinense y la pura desfachatez.

3) ¿Te gusta que te tomen fotos? ¿por qué?

En el mundo "real", por supuesto. El figurettismo es una de mis facetas más explotadas, siempre y cuando estrene alguna camisa o pantalón de fines de los 60 que encuentre olvidado en los baúles de mis abuelos, para rescatar el vintage y el a-go-go que me chiflan bastante, o sino para demostrar que YO, que de japonés no tengo ni la mugre de las uñas, con un poco de tinte capilar, maquillaje y vestuario ajustado, puedo pasar fácilmente como miembro transitivo de una banda de j-pop.

Por otro lado, en el mundo "virtual", nunca verán una foto mía, por razones obvias de anonimato.

4) ¿Te gusta tomar fotos? (personas o lugares) ¿por qué?

La fotografía es otra de mis pasiones. Así sea para retratar una simple cáscara de plátano tirada sobre el pavimento, mi obsesión por retratar lo irretratable es considerablemente grande. Otra razón de esta conducta, aparte del figurettismo, es mi condición de voyeur. Me ha pasado una vez que, luego de hacerle el amor a un hombre X, conserve fotos de ciertas partes de su cuerpo, para poder masturbarme cuando la ansiedad me aprieme o cuando él no pueda brindarme su cariño. Finalmente, también son divertidas las sesiones de fotos instantáneas que tenemos mi amigo Funky y yo al menos 2 veces al mes. O bien nos encerramos en mi cuarto y nos probamos toda la ropa de nuestros armarios (a veces hasta desnudos) o bien salimos a armar escándalo en cualquier parque de San Isidro, intentando emular a Paris Hilton y Nicole Ritchie sin conseguirlo, pero al menos nos divertimos (y la gente nos mira como si fuésemos extranjeros, una vez me pidieron un autógrafo).

5) ¿Cuál es la fotografia que más te ha impactado en toda tu vida?

Esta:

Se llama Robert Stearns. Encontré su foto en 1997, cuando recién salía del closet. La foto condensa todo lo que me excita de la vida: un hombre hermoso con camisa blanca, pecho velludo y calzoncillos blancos Calvin Klein. Suficiente. No pido más. Es obvio que también conservo muchas otras fotos de Robert, donde lo enseña todo, en todas las poses y segregando todos los fluídos. Sin embargo, la foto de la camisa y el calzoncillo blanco siempre me electriza. He perdido ya la cuenta de cuantas veces me he masturbado con esta misma misma foto. Pasan los años, voy cambiando mis gustos, pero siempre vuelvo a Robert y al tesoro escondido bajo su camisa blanca. Todo va en círculos.

Posteado por Cyan a las 1:52 p. m.
 
 

On the Sunny side of the street
jueves, noviembre 04, 2004

Y transcurrió, sin más ni más, la primera semana de clases del nuevo ciclo de francés sin que Pertu Bado haga siquiera acto de presencia... Mejor así, pensé, se acabaron las malas noches y los miligramos extra de Prozac, que la vida está demasiado cara como para estar dándole vueltas al asunto. Hoy por la mañana recibí un mensaje de texto de Nené, que me sirvió para despertarme y revolverme en mi cama con una sonrisa en los labios. Podría perfectamente enamorarme de Nené. Vaya que lo está consiguiendo. Aquél suspiro mañanero me hizo retrasarme un poco y me sentí muy Pertur cuando tuve que tocar la puerta del aula con 15 minutos de retraso. Cuando entré me quedé lelo: un nuevo chico sentado al lado de la carpeta donde suelo sentarme. Pelo largo. ¿Pertur? No, el chico no era pálido, su cabello era más corto y sus rulos le caían sobre las orejas, una especie de David Bisbal con varios kilos de menos. No está mal. Nada mal.

Gracias al Gordo, me pude enterar que David Bisbal Jr. está en nuestro curso porque el pasado lo repitió. Reconozco que no es tan guapo como Bisbal, pero tiene algo en su mirada, en sus gestos, que lo hacen sexy. Temblé al pensar que sus jeans raídos y su polo de 6 Voltios me hacían recordar a Pendex. Pero no. No pueden haber dos miserables iguales sobre la faz de la tierra. Además, David Bisbal Jr. demostró con creces por qué había repetido el curso: su pronunciación es bastante mala, una mezcla de inglés con ¿alemán? que dista mucho del acento típicamente francófono. En fin, si se pone jeans más ajustados, opino que a falta de Pertur, ya tendré en qué entretener la vista este ciclo.

Debo reconocer que ya mi corazón había encontrado un poco de paz, e inclusive un nuevo interés foráneo (Nené y sus mensajitos que cada día me hacen más feliz), hasta que la profesora salió un momento y regresó trayendo consigo la nómina de alumnos matriculados para poder pasar la lista. Y empezó, obviamente, por la letra B. Y allí acabó todo. Porque tal vez no todos mis sentimientos se hayan congelado aún, pues mi corazón dio un vuelco cuando la escuché balbucear...

Profesora: A ver, ahora sí, recién me traen la lista, ¡imagínense! En fin... veamos al primero de la lista... Badò... Monsieur Per--- Pertur Badò... ¿está presente?

Toda la clase hizo mutis. Yo solté mi libro, que fue a estrellarse contra el suelo. La profesora alzó la vista, y con su cuello de murciélago colgándole sin compasión, preguntó: "¿Conocen a ese chico?". E inmediatamente todos empezaron a reírse, incluyéndome a mí, que di inicio a una risa que más sonaba a desolación que a auténtico humor. Parece que Pertur se ha granjeado el cariño de la mayoría, porque el que menos se alegró, ni qué decir yo.

O sea que se matriculó. El canalla se matriculó y sigue faltando a clases, como es su costumbre. O sea que lo veré de nuevo y volverá a empezar el sufrimiento. No. No puedo, pondré una barrera a mi propia obsesión y encontraré alguna manera de ganarme (aún más) su confianza. Al menos ya puedo pensar con la cabeza fría.

Saliendo de clase vi a David Bisbal Jr. besándose apasionadamente con una chica, digamos, atractiva. Uno menos para mi lista, aunque como ya dije anteriormente, el que un hombre sea heterosexual no es un obstáculo para mí. En eso pensaba cuando noté que David Bisbal Jr. me miraba atentamente mientras se comía los labios de su chica. Algo espantado, me alejé del lugar. ¿Por qué me miró así? Quizás mi polo eléctrico de rayas amarillas le haya advertido que soy gay. No me importa. Si quiere una mamada, pues que me la pida. Total, el favor me lo hará a mí, y yo por mi parte no pienso mover un dedo.

Al salir, hacía un lindo día, y mientras caminaba hacia el paradero con el Gordo, los rayos de sol quemaban bastante sobre mis cabellos y tuve una gran erección al imaginarme a Pertur en traje de baño, su piel blanquísima y su tórax huesudo, con una ropa de baño de adolescente. Esta visión no se me va de la mente, y me sentí algo culpable porque cuando llegué a casa me masturbé e imaginé haciendo mío aquél cuerpo seguramente anoréxico, degustando cada centímetro de su piel. Fue la primera vez que me masturbé pensando en Pertur. Mon Dieu. Total, soñar no cuesta nada.

Posteado por Cyan a las 1:29 p. m.
 
 

La régle du jeu
martes, noviembre 02, 2004

Las cavilaciones que fluctuaron en mi cabeza durante este último fin de semana me sirvieron, qué ironía, para darme cuenta de algo que desde el principio se veía con claridad y que mi mente obsecada me impedía visualizar: no puedo enamorarme de Pertur. Quizás ya lo estoy, pero tengo que poner marcha atrás y frenar mis instintos, al menos hasta tener pistas sobre su posible homosexualidad, probabilidad a estas alturas mucho más lejana que antes. ¿Qué me hizo entrar en razón? La aparición de un nuevo interés: Nené. Probablemente, mi relación con Nené sea mucho más imposible de realizarse, pues, como diría un personaje almodovariano, "un abismo nos separa", en éste caso el abismo de la geografía y la mismísima Cordillera de los Andes.

Mi cariño por Nené sigue creciendo, irrefrenablemente. Aquello, sumado a una sobredosis de Pizzicato Five (la música por excelencia para celebrar le plaisir de vivre) encontró una salida vertiginosa: si quiero intentar algo con Pertur, tengo que tener la cabeza fría. Soy conciente de lo fuerte que pueda sonar, pero, al estar mi mente ocupada en Nené, puedo pensar con calma sobre cuál estrategia utilizar para seducir a Pertur. Y las cosas van cada día peor porque Nené está sufriendo en estos momentos de una terrible decepción amorosa, pues acaba de romper una relación que estaba construída en castillos de falsedad, situación que nos ha unido mucho más en los últimos días.

Por eso, estaba nervioso por volver a Pertur, pero ya no necesité unos miligramos extra de medicamentos contra la depresión. Entré al salón de clase sin dejar de mirar mi reloj, y dieron las 10 de la mañana sin que Pertur halla pisado el aula. Como el resto de la clase también faltó, supuse que cundió una epidemia de flojera colectiva debido al fin de semana largo. En todo caso, ahora que lo pienso mejor, no me molestaría en lo absoluto que Pertur no acudiese más a clase. Es decir, me dolería, claro está, pero ya no como antes. Empiezo a agarrarle gusto a las clases de francés, a mis demás compañeros, y hasta descubrí que el Gordo, además de ser muy buena persona, no es tan feo ni tan gordo como al principio lo califiqué. Hasta pude notarle cierto "encanto" (al cual contribuyó su camisa abierta mostrando una nutrida mata de vello, el cual, venga de quien venga, siempre consigue excitarme al menos un poquito). Además, tuve la suerte de entablar una agradable conversación con una chica del salón, a quien llamaremos La Enana.

La Enana aparte de ser enana es rarísima. Habla sin parar y a pesar de su apariencia normal, es bastante extraña. No obstante, posee una alegría contagiante. Así fue como me di cuenta que ella conocía a Pertur más de lo esperado. ¿Cómo? Porque ambos estuvieron juntos en la misma clase durante el primer ciclo en la PUCP. Al enterarme de semejante revelación estuve a punto de estrangularla poniendo cara de "¿Y por qué no me lo habías dicho antes?". En lugar de eso, me relajé y la sometí a un asolapado interrogatorio, muy saludable para aclararme algunas dudas acerca de Pertur.

La Enana lo resume en una palabra: tímido. Ya lo sabía, pero no era capaz de ver la dimensión exacta de la palabra. Según La Enana, Pertur es tan tímido que en la universidad nunca le habló, y ni porque llegaron a reencontrarse en la academia de francés le ofreció su confianza. Es por eso que el resto de mis compañeros de aula no se entera aún que Pertur y La Enana se conocen. La Enana lo describió como "Es un cague de risa Pertur, pero un chico muy inteligente, eso sí. Despistado, pero inteligente. Con excelentes notas. Ufff, él no tiene ningún problema en ser casi el primero de la clase. Inteligentísimo el chico. Aunque siempre llegando tarde, jajaja". La tésis de La Enana se sustenta fácilmente en el hecho que Pertur sea lo suficientemente tímido como para iniciar un flirtreo con alguien, mucho menos si ese alguien va a ser una persona de su mismo sexo.

Segundo, la perspectiva que tenía de Pertur como un descuidado se fue por los suelos. Pertur no es descuidado. ES DESPISTADO. Torpe, pero no irresponsable. Pensándolo bien, si no fuese responsable, no hubiese luchado por aprobar el anterior ciclo del francés, el cual estuvo muy cerca de perder. Me gustó enterarme que sacaba excelentes notas en la universidad, y que también llega tarde por ahí. Llegué a la conclusión que Pertur es un niño, un niño inocente, al cual se le pegan las sábanas y es fanático de Saint Seiya. Un niño al que, con un poco de trabajo constante y alguna que otra ayuda esotérica, por si las dudas, puedo hacer mío. ¿Será cierto? ¿Podré hacerlo mío? Son sólo especulaciones. Por el momento, ya expuse las reglas del juego: no me enamoraré más, ni sufriré por él, hasta tener su pene en mi boca. Quizás nunca llegue a ser mío, quizás no lo vuelva a ver ni mañana ni nunca. Qué mierda. Él se lo pierde.

Posteado por Cyan a las 5:54 p. m.
 
 

Bloggers re-united
lunes, noviembre 01, 2004

Empiezo por darles un jalón de orejas a la mayoría de bloggers por no haber asistido al III Encuentro de Blogs Perú, que se llevó a cabo el sábado en La Noche de Barranco. Dieron las 8pm y en la puerta del local, sólo nos encontrábamos el que escribe, Ricardo, Leuzor y Superscout. A pesar de ser 4 gatos, nos sentamos en una mesa frente a la barra para "armar chacota" entre cervezas, sangrías y tequeños con queso. Yo, conservando mi pose de "chico sano", no tomé una gota de licor, y me conformé con una Coca-Cola helada. Cuando la sangría comenzaba a hacer estragos en el resto, Ricardo sacó a relucir su gran conciencia fraternal, advertido quizás por los sonidos que hacía mi estómago, y me preguntó, muy serio: "¿Tienes hambre?". Su voz gutural, combinada con su cara de depravado (según Leuzor), contribuyeron a que todos se rieran a más no poder, a malentender la pregunta, y a ponerle un nuevo mote: "El Nutricionista" (le cayó a pelo).

Gracias a mí, el grupo comenzó a tomar una atmósfera gay bastante recargada, que ya se veía venir desde que Superscout, en plena calle, nos hizo una demostración eficaz de la pose del "Pollito tomando agua" (deberían haberlo visto). De repente, en la puerta del local, hizo su aparición un Dios Escandinavo de unos veintitantos años. Debió ser extranjero por su apariencia, y con toda la soltura del mundo pidió una cerveza y se quedó, solitario, en la barra. De haber tenido más dinero, le hubiese dicho al mozo que yo le pagaba la cerveza, como en las películas de los años 30, para que el bello especimen se acercase a agradecerme. No lo hice, pero aún conservaba la esperanza de llevármelo al baño tras una sesión de miraditas impúdicas. Lamentablemente, el susodicho nunca entendió bien el deseo que le transmitía a través de mis ojos, y se conformó con mirar la televisión que colgaba de la pared. Alcancé a tomarle una foto con la cámara de Leuzor, que reproduzco líneas arriba.

A las 10 de la noche hizo su gran entrada Gigit Jones, acompañada de 2 amigas que encandilaron a los pedófilos presentes, menos a mí, obviamente. Las niñas se asustaron bastante cuando yo mismo les confesé ser gay, tal vez no se esperaban una confesión tan directa, o quizás pensaron que el único chico del grupo que valía la pena, pasaba completamente de ellas (amén de mi narcisismo). A las 11 llegó Manuelón, quien conservó un perfil bajo, aparentemente intimidado por la presencia de tantas féminas (me incluyo en la lista). Otros, por su parte, llamaron para decir que "ya estaban llegando" y nunca se aparecieron, como el plumífero (y cuentero) Piolín. Con todo, fue una velada excesivamente divertida, espero que para la próxima no nos dejen igual de plantados y que hayan más mancebos extranjeros, para mirarlos o tomarles fotos aunque sea de lejitos. He dicho.

Posteado por Cyan a las 4:30 p. m.
 
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