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Pertur + Cyan: LAYER 1
miércoles, setiembre 29, 2004 |
No dormí en toda la noche, porque mis somníferos se acabaron y tampoco iba a conseguir una farmacia a esa hora. Soñé que estaba echado junto a mí, y que lo veía dormir, mientras acariciaba sus cabellos castaños bajo la oscuridad de la noche y el resplandor lujurioso de mi mirada. Al amanecer, cuando tomaba desayuno, vi su rostro en mi taza de café. No pude sacarme aquellos ojos de perro Droppy en todo el trayecto a la academia. Esta vez, llegué tarde premeditadamente, y la escena de ayer se repitió: sólo dos sillas libres. La providencia se puso de mi parte: era el examen oral y había que hacer un diálogo de a dos. Por orden de ubicación, me tocaba hacerlo con Pertur. Una invasión de euforia sacudió mi cuerpo.
Cuando llegó Pertur, empezaron los problemas. Uno, que no me atrevía a mirarlo a los ojos. Dos, que mi voz tembló al explicarle las indicaciones de la profesora. Empezamos a trabajar. Mediante un par de respiraciones profundas, pude asimilar la situación y tratarlo como normalmente se trata a un compañero de clases. Dios mío! Era tan bello ese chico. Palabras van, palabras vienen. Risitas timidas, carcajadas, contacto visual finalmente. Lo amaba. Lo volví a entender ahí, mirándolo a los ojos, hablando con él. Lo amaba.
Terminó el diálogo, finalizó el exámen oral, acabaron las clases. Bajamos las escaleras juntos... no puedo creerlo! Era tan fácil! Ahora lo tenía junto a mí, caminando, era tan alto! Por Dios! Podría saltar y abrazarme de su cuello, colgándome a él, sin que mis pies tocaran el suelo! Estaba tan felíz, que mi audacia rebazó los niveles de mi timidez:
Cyan: ¿Y te vas a matricular el próximo ciclo?
Pertur: Ajá, ¿y tú?
[Oh my god! ¿por qué me preguntas eso, mi amor?... ¿te intereso, o sólo estás siendo gentil? ¿Acaso no sabes que no seguiré si tu no estás más en el salón?]
Cyan: Emm.. sí, pero aún no me he matriculado, creo que hasta el sábado se puede, pero después habrá mora, al menos eso pienso.
Pertur: ...
[Mérde! ¿cómo se te ocurre decirle eso? ¡Pensará que eres pordiosero!]
Salimos a la puerta de la academia. Los carros de la Javier Prado, el aire mañanero, el sol que tímidamente empezaba a calentar. ¡Qué lindo día! ¡Todo es lindo! ¡Ya no necesito mis calmantes para ver al mundo felíz!
Pertur: ¿Te vas para el paradero?
[No, no iba, pero por tí voy hasta la luna]
Cyan: (risueño) ¡Claro!
[Oh Dios! estoy sonriendo demasiado, necesito madurar!]
Tomamos el largo trecho de 5 cuadras que separa a la academia del paradero. No habla. Pertur no habla. Lo escuché suspirar. Debe ser el cansancio, la angustia de los exámenes. Debe ser un suspiro de alivio, porque por mí no suspiran ni las marmotas. Pasamos una cuadra. Quedan cuatro y silencio total. ALGO. Dile algo.
Cyan: (tímido) ¿Tienes clase...?
Pertur: Sip... en la tarde.
Cyan: Chévere.
[Silencio de nuevo. ¿Te aburre mi plática?]
Cyan: ¿Dónde estudias?
Pertur: En Católica.
[Ya lo sabía, precioso, de tí lo sé todo, cuando hablas con cualquiera meto las orejas y me entero de todo, de tí lo sé todo, sé que estudias Derecho en la PUCP, lo sé TODO, TODO, TODO]
Cyan: Ah, manya...
Pertur: ¿Y... para dónde te vas ahorita? ¿Qué carro tomas?
[OH MY GOD! ¿Te dije que te amo?]
Cyan: (confundido) Emmm... voy para... Camino Real! Eso! Acá tomo las combis que van por Camino Real! ¿Y tú? (Me late el corazón con ansiedad)
Pertur: Ah, yo tomo cualquiera, total, voy acá cerquita nomás, hasta Rosa Toro...
Cyan: Ah, bacán
[Dijiste antes en clase que vivías en san Borja... ¿Rosa Toro es san Borja o san Luis? Pero seguro por ahí vives... o te vas a ver a alguien? Tu enamorada quizás? No, no, no lo soportaría, tú vives por ahí. TIENES que vivir por ahí.]
Nuevamente, silencio. El paradero estaba ya a escasos metros. Quise hablarle de otra cosa pero, total, ya estábamos cerca a su destino y él se iría sin pensarlo dos veces. ¡Pero que imbécil que soy! ¡Claro! Hubiésemos tomado el mismo carro, así nos sentábamos juntos y la seguíamos, quizás yo también me bajaba ahí y me inventaba cualquier destino... Y tal vez... caminando... le podría decir que estoy... desesperado... y que LO AMO. ¡Cambio de planes! Tengo que irme con él.
Pertur: Oe yo me voy en este nomás... Ya nos vemos el lunes. Chau!
Me dio LA MANO. La toqué. Pero fue tan fugaz que ni siquiera disfruté del momento ni de haber tocado su piel por primera vez.
Cyan: Ya, OK, nos vemos! Chaufa!
[Chaufa??? Qué mierda haces? Súbete con él! SUBE, CARAJO, SUBE]
Pertur: Bye, cuídate.
Me dijo cuidate. Y lo dijo en serio. ¡Me muero! CUIDATE. Cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, cuidate, CUIDATE.
Me quedé en shock. No pude hacer nada más. Se subió en una combi celeste y se perdió en medio de los primeros rayos de sol del mediodía. Estaba como autómata. Mis pies me pesaban. Parecía un zombie. No quise regresar a casa. Para cumplir lo que le dije a mi amado Pertur, tomé una combi a Camino Real, hice el trayecto pensando, me bajé exactamente, en Camino Real, y caminé por la calle. Cómo me gustan esas callecitas, la Av. Alcanfores... es todo tan bello. TODO ES BELLO. Llegué al Olivar (mi parque favorito) y me senté en una banquita, aspirando el olor de las plantas. Todo estaba delicioso. Unos chicos riquísimos pasaron haciendo jogging. Deleite visual. Caminé hasta la fuente, me mojé el pelo, me sentí gay. Me sentí atractivo. Un chico pasó y me miró extrañamente, como con ¿ganas? No me interesa. Mi corazón ya tiene dueño.
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