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Sin soga y sin cabro
jueves, marzo 03, 2005 |
Hay días en que uno no debería ni levantarse. Hay vidas que uno no debería ni continuar. Por supuesto, hasta ahora sigo esperando la llamada de Rodrigo. "Yo te llamo", me dijo hace dos días. Y hace dos días que no veo ni rastro de él. Pero eso no me interesa. Al fin y al cabo, ya me había hecho la idea de que no existía más. Y ahora que he vuelto a tomarlo en cuenta, puedo tranquilamente pulsar rewind en mi videocassetera mental y olvidarme de las promesas que, después de todo, se quedan en el aire. Como vuelvo a repetir, Rodrigo me tiene sin cuidado, se podría decir.
Lo que sí me preocupa es el asunto inconcluso de Brigitte Bardot. Huelga decir que la semana pasada me lo volví a encontrar en el Daewoo en otras dos ocasiones, y cada nuevo encuentro no hacía sino reforzar nuestra presunta amistad aún por desarrollarse. Brigitte en terno, Brigitte en shorts y sandalias. Brigitte sonriente, Brigitte preocupado. Brigitte Superstar. Cada segundo que pasaba me gustaba más. Inclusive, cada vez que salía de mi casa, llegué a sentir periodos de emoción contínua a medida que el Daewoo se aproximaba al paradero donde él solía subir.
Dije "solía". Porque ayer, temprano en la mañana, cuando estando yo en el Daewoo mirando hacia la ventana, pensando en el plantón de Rodrigo, vi a Brigitte de pie en la acera. El bus se paró frente a un grupo de chicos que estaban a su lado, quienes subieron presurosos, menos él. Él se quedó mirando hacia la ventana, y luego miró al suelo, con una expresión dubitativa. Al darme cuenta de sus acciones, se me ocurrió agacharme para evitar que me vea. El Daewoo arrancó sin él, medio minuto después. ¿Me pareció o Brigitte no se subió porque no quería encontrarse otra vez conmigo?
Definitivamente, fue una conducta bastante extraña. Tampoco respondió el e-mail que le mandé hace un par de días, haciéndole acordar que me tenía que presentar a sus amigos de The Mamelucos para hacerles una entrevista, como habíamos quedado en la fiesta de Paqui Derma, donde nos conocimos. Cerré la misiva con una frase que decía "espero que podamos tomarnos unas chelitas algún día". ¿Acaso ésta frase se prestó a una mala interpretación? ¿Brigitte sacó erradas conclusiones y por eso fue que no se subió al Daewoo? Me quedé sin soga (Brigitte) y sin cabra (Rodrigo). Si Brigitte me bloquea en el MSN, recién entonces podré estar seguro del error que cometí.
*By the way, desde hoy implemento música en el blog. Espero que les guste la primera canción que escogí, que es quizás mi favorita de todos los tiempos. Otanoshimini! |
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