La confesión
viernes, marzo 25, 2005

Una fan enamorada
Esta esperando tu atención y tu mirada
Y le confiesa su pasión por ti a la almohada
Es la que te ama aunque tu

No sepas nada...

No sabía nada. Llámenme despistado, pero algunas veces, ciertas cuestiones que están palpable y visiblemente a la luz suelen pasar desapercibidas antes mi propio razonamiento. Tampoco es la primera vez que ocurre. Bueno, más o menos. Reformulo. Es la primera vez en que la magnitud de los acontecimientos es tal, que es imposible mantenerlo en tela de juicio. Es la primera vez que, pese a las palabras desplegadas sobre el cristal de un tibio monitor de PC, tengo la certeza de estar creyendo, con fervor, en alguien.

Habría que echarle la culpa a la manía que tienen ciertos individuos de meterse al chat pese a estar bajo el yugo de una relación establecida. Luego de estar casi 3 meses manteniendo conversaciones por MSN con un chico en el que tenía puestas mis esperanzas, un buen día, cuando ya me había decidido a invitarlo a salir, me soltó una frase improbable: "no puedo salir contigo, tengo pareja desde hace 2 años".

Por supuesto que me dieron ganas de decirle: si tienes pareja, entonces, ¿por qué carajo me hiciste el jueguito necio dentro de un chat en el que por más amistad que diga estar buscando la gente, no están buscando precisamente amistad, sino más bien sexo al paso? ¿Por qué, según tú, si me mandas indirectas, no tienes el valor de decirme que tienes a alguien, en vez de hacerme perder el tiempo? La verdadera pregunta sería: ¿si tienes novio, por qué sigues entrando al chat?

Derramé bilis. Es una sensación increíble que te recorre los intestinos y te deja un gusto amargo. Estaba tan desesperado, con tantas ganas de desfogarme con alguien y contarle el gran pedazo de mierda que me siento cuando me pasan estas cosas, que quizás fui presa del momento. Ahí estaba Billy, silencioso, conectado, entre mis contactos del MSN. Le abrí una ventana y, con lágrimas en los ojos, le conté lo sucedido. Desde hace tiempo Billy se había convertido, más que un amigo, en la única persona en la que podía confiar. Sorprendentemente él, de tan sólo 17 años y encima vírgen, posee una admirable cualidad de ver las cosas con frialdad y proporcionarme un consuelo como nadie lo había hecho antes.

Cyan: ¿Por que los hombres son asi, POR QUE?
Billy: Porque los hombres son una mierda, darling.
Cyan: DUH! Ya lo sabía. me dan ganas de volverme heterosexual, carajo.
Billy: Te tengo que confesar algo... nunca pensé en decirtelo...
Cyan: Dime
Billy: No, no puedo, soy muy marica.
Cyan: Oh, come on!
Billy: Espérame un segundo, tengo que tomar aire...

Dios mío. Me hice el tonto, pero ya sabía lo que Billy me iba a decir.

Billy: La verdad es que... me gustas mucho.

Me confesó que desde que salimos por primera vez, no pudo volver a conciliar el sueño. Pero lo curioso del asunto es que Billy demostró tal madurez que comprendió en un instante que él no era mi tipo, de manera que hizo de tripas corazón y decidió dejar de hacerse ilusiones conmigo, porque ya se las había hecho. Yo no sabía que responderle. Era cierto, Billy es la única persona que me entiende, pero, de ahí a llegar a amarlo existe una brecha muy grande, sin contar que sexualmente no despierta mi atención.

Billy: Me di cuenta de que daba igual si te lo decía o no, no iba a servir de nada, carajo nunca debí decirte, sabes, estaba saliendo con un chico sólo porque trataba de compararlo contigo, buscarle similitudes.

Le dije que no le podía prometer nada, y me dijo que tampoco esperaba nada a cambio. Sólo quería darse el privilegio de ser mi amigo, de continuar a mi lado, saliendo conmigo, viéndome, que yo podía tener la absoluta libertad de salir con quien a mí me diese la gana, porque él lo entiende a la perfección: yo nunca le daré lo que él espera de mi. Dijo no tener la culpa de estar enamorado de mí. Y que si yo encontrase al hombre correcto, él sería el primero en felicitarme. Obviamente que por dentro estaría sufriendo un calvario, pero sería el primero en alegrarse, Cyan, no te preocupes por mí, yo soy más fuerte que tú.

Si hasta ese entonces él y yo estábamos viviendo un drama de novela mexicana, pronto me haría una revelación que complicaría todo el argumento y que provocaría que nuestra novela se convierta en una telenovela brasileña. Y con esa revelación, les deseo una Felíz Semana Santa.

Billy: Cyan, ¿recuerdas cuando me confesaste que al único que amaste fue a Pertur? Pues bien, te lo doy como regalo. Ubiqué su nombre entre los estudiantes de la PUCP, fui hasta su facultad. Yo lo busqué para tí. Lo busqué, y lo encontré.

Posteado por Cyan a las 3:22 p. m.
 
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