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Los muertos no se tocan, nene...
jueves, mayo 19, 2005 |
Quizás hayan escuchado hablar sobre una leyenda urbana llamada P.I.D. Literalmente, son las siglas de "Paul Is Dead", una teoría que estalló como rumor a mediados de los sesenta, que postulaba la muerte del beatle Paul McCartney en un accidente automovilístico y el posterior encubrimiento del deceso por parte de su disquera al elegir un "reemplazante" en un concurso de miles de dobles de Paul, saliendo elegido un individuo que tomó su lugar hasta la fecha, y la posterior incursión de "claves ocultas" en ciertas canciones de The Beatles, así como también significados escalofriantes en las carátulas de los vinilos. Hay desde teorías aterradoras y certeras, como las que confluyen en la carátula del Sgt. Pepper's (una mano sobre Paul, la corona de flores formando su nombre en el bajo que tocaba) y algunas canciones ("Strawberry Fields Forever" con John Lennon diciendo I buried Paul), hasta cosas más inverosímiles, como asegurar que Paul está muerto porque es el único beatle que no ha sido fotografiado sobre fondo blanco en la portada del Let It Be.
En realidad, las leyendas urbanas poseen un estigma de fascinación irresistible, al menos para mí, y el asunto P.I.D. es uno de mis favoritos. Más de una vez he querido descifrar las claves y no ha faltado oportunidad para morirme de miedo al analizar canciones del White Album de The Beatles. Personalmente, dudo que el P.I.D. sea verídico. ¿Será posible que alguien más que Paul McCartney haya compuesto maravillas como "Yesterday" o "Let It Be", después de 1967? Imposible de creer. Y como todo rumor, no pasa de ser una leyenda.
Hasta que surgió la oportunidad de disipar las dudas. El último fin de semana decidí hacer una pequeña reunión en casa, a la que acudieron Billy y sus amigas Zoe y Ecsy Tada. Yo, por mi parte, invité a Santos (ex-Superscout) y a su enamorada Karen. Muy entrada la noche, se nos unió Funky, la estrella del momento, que embrujó a todos los concurrentes bajo el hálito de su sex-appeal (sí chicas, él también es gay). Alrededor de la una de la mañana, cuando se nos terminaron los temas de conversación, tuve la extraordinaria idea de apagar las luces y proponerles una sesión de cuentos de terror, como antaño durante campamentos patéticos de la adolescencia. Billy leyó mi mente al iniciar la sesión macabra con un recuento pormenorizado de las teorías del P.I.D. Lo estaba haciendo tan bien que Zoe temblaba aferrándose a los cojines del sofá, mientras Ecsy Tada disimulaba con risitas nerviosas su creciente estado de conmoción. Santos y Karen también permanecían petrificados, pero encontraron la manera de disipar sus temores y aprovechar la oscuridad para dar rienda suelta a sus mimos y caricias. Yo quise imitarlos con Billy y fracasé en el intento. Él estaba tan enfrascado en hacer su relato lo más terrorífico posible, que rechazó mis impulsos de abrazarlo por detrás.
Tanto se esmeró, que acabó haciendo tiritar de miedo a toda la concurrencia, incluyéndome a mí. En el momento más escabroso del relato, el celular de alguien repicó sobre la mesa de centro, como partiendo en dos la ansiedad de todo el mundo.
¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!
Y, como por arte de magia, se iniciaron una serie de hechos macabros sin ninguna explicación, de los cuales seguimos sufriendo estragos. El celular que sonó fue el de Billy, y resulta curioso que haya sido precisamente el suyo, pues era él quien estaba contando la leyenda del P.I.D. En principio, su celular repicó con un diferente al que le había puesto. En segundo lugar, no obstante su celular es pre-pago y no disponía de saldo, obtuvo automáticamente crédito disponible para realizar muchas llamadas, y esa misma noche llamó a medio Lima. Tercero, su teléfono (hasta el día de hoy), presenta un conjunto de números extraños en pantalla cuando le ingresan las llamadas. Y por último, los espíritus chocarreros han invadido mi humilde hogar. Los pasos en las escaleras son más frecuentes, sobretodo en las madrugadas. Mi CD de Magical Mistery Tour se ha rayado de manera enigmática justo durante la mitad de la canción "Strawberry Fields Forever". Ya ni mi discman lo quiere reproducir. ¿Habremos sido víctimas del espíritu enojado del difunto Paul McCartney?
Dios nos coja confesados. pero que me coja a mí primero (a ver si es cierto).
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