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El mundo es un pañuelo...
miércoles, noviembre 24, 2004 |
"Habrá que quejarse al lavadero, entonces."- diría Mafalda. Y fue eso precisamente lo que pensé cuando, después de mucho tiempo, ingresé al chat de Gay.com y establecí una conversación virtual con un chico de adorable fotografía. Tenía 20 años y a juzgar por la foto, un cuerpo envidiable (desconozco las razones por las cuales los niños menores de 20 me persiguen, como si no hubiese tenido suficiente con Pertur). Sin embargo, eso no fue lo más importante. Nada me hizo presagiar que aquél encuentro por medio de la red de redes haría tambalear mi alicaída autoestima. ¿Las razones? Como diría Jack El Destripador, vayamos por partes.
Xicokuero: ¿Y qué hiciste el fin de semana?
Cyan: Estuve por el AELU.
Xicokuero: ¿Eres japonés?
Cyan: Nop... fuí a visitar a unos amigos.
XicoKuero: Asha.. yo una vez estuve con un japonés.
Cyan: ¡Qué casualidad! Me too.
XicoKuero: Manya... pero creo que eso fue un error de mi parte, no me gustan los japoneses, además, la tienen muy chica, jaja...
Aquello hizo extender mi razonamiento deductivo mucho más allá de lo habitual. No, no creo que el mundo sea tan pequeño, además, todos los japoneses suelen ser poco dotados.
Cyan: Es cierto, mi ex también la tenía del tamaño de un maní, creo que es cuestión de raza, ¿no?
XicoKuero: Puede ser, pero el de mi ex era realmente patético, con las justas cabía en la mano.
Me turbé. No era posible. Podía ser, pero me negaba a creerlo. Intenté reponerme y cambiar de tema para evitar entrar de lleno en el pantanoso mundo de la duda.
Cyan: ¿Y qué haces por la vida?
XicoKuero: Estudio Comunicaciones en la U. de Lima
Cyan: Chévere, yo también estudié ahí, ¿en qué ciclo estás?
XicoKuero: 4to.
Cyan: Ah... ¿y tu novio también era de la facu?
XicoKuero: Nooo... pero siempre venía a visitarme con la excusa de venir a ver películas al minicine... Eso me hastió, lo veía hasta en la sopa.
Mierda. Otra coincidencia más. Me resistía a creerlo, y sin embargo algo en mi interior decía que mis sospechas tenían razón.
Cyan: Oh... ¿y cómo se llamaba el susodicho? Si puede saberse, claro.
XicoKuero: Hiro.
No supe si alegrarme o morirme allí mismo. Estaba hablando con un chico que posiblemente había vivido el mismo infierno que yo. Tenía que ser un poco condecendiente con él, después de todo, el haber estado con Hiro es sinónimo de no estar bien interiormente. Al menos eso pensé, que al fin tendría alguien con quién conversar y esclarecer mis ideas acerca de toda la pesadilla vivida, hasta que...
Cyan: Yo también estuve con él. Bueno no "estuvimos"... sólo salimos por unos 3 meses.
XicoKuero: ¿Ah, sí? ¿Y por qué no estuvieron?
Cyan: Porque él nunca me lo pidió. Creo que no se enamoró de mí. Y cuando yo se lo pedí, me dijo que tenía que pensarlo, y que nunca estaba con nadie de buenas a primeras. Creo que tuvo razón porque lo nuestro se dio demasiado rápido.
XicoKuero: Qué raro...
Cyan: ¿Por qué lo dices?
XicoKuero: Porque cuando conocí a Hiro, bueno, salimos y nos acostamos a la primera cita, y al día siguiente me dijo que yo le gustaba demasiado, que sentía que no iba a conocer a nadie más igual que yo, y que quería ser mi novio...
Cyan: ¿QUÉ?
XicoKuero: ¡Imagínate! Me dijo para estar... ¡y ni siquiera hábian pasado 3 días!
Cyan: ¿Pero estuvieron?
XicoKuero: Hiro es demasiado complicado. Quería verme todos los días, me llamaba a todas horas, me mandaba mensajes diciéndome que me amaba... Empecé a odiarlo, pero como me pareció buena persona, seguimos viéndonos. Pasó una semana y me dijo que NECESITABA estar conmigo, necesitaba ser mi novio, porque sino se moriría. Y decidimos intentarlo, pero luego lo dejé porque no aguanté más. Y aún así me siguió persiguiendo durante un par de meses más. Atosigante, pero linda gente a fin de cuentas.
Finalicé la conversación pidiéndole disculpas porque tenía cosas que hacer e inmediatamente apagué la PC. Me levanté, tambaleándome, mordiéndome los labios para no llorar. Empecé a darme de bofetadas, porque no quería llorar. No quería llorar por el ser más abominable de este universo. Y sin embargo las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Entré en un estado de trance similar al que producen ciertas drogas. Me dirigí al baño y tomé 3 calmantes, uno por uno, y decidí completar la dosis con un par de somníferos. Necesitaba dormir, olvidarme, pero la idea del suicidio martilleaba mi cabeza con insistencia.
A duras penas llegué a mi cama. Y recién allí pude soltar el llanto que tenía guardado desde hace más de un año. Pero sobretodo, lloré por haberme dado cuenta de lo estúpido que sigo siendo. Nunca me percaté que Hiro era un ser despreciable, abyecto. Que todo fue y es una gran MENTIRA. Que conmigo, sólo conmigo, fingió ser una persona "taciturna" cuando en verdad la raíz del asunto era que no me soportaba, que me quería lejos de él, que quería hacerle al amor y enamorarse a los 2 días de personas como el chico con el cual acababa de chatear. Pensé en tomarme el frasco entero de pastillas (una vez más), pero no lo hice. Aquello era demasiado, era como si por fin despertase de un gran sueño, como si por fin cayese del escenario de un gran teatro y volviese a la realidad, a la verdad, al tortuoso sentimiento de que el mundo, y especialmente los hombres, son una reverenda mierda.
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