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Faire du sexe
viernes, abril 15, 2005 |
Imagino que será en mi casa, porque a un hotel no vamos a ir. Y vaya que no nos han faltado ganas. Quienes piensen que ser gay es lo más fácil del mundo, o sea, que te gusten los hombres y acostarte con ellos (o enamorarte de ellos) y vivir felices comiendo perdices (o pollas, en este caso), están terriblemente equivocados.
1) Hay que tener cuidado de que no te ampayen chapando en la vía pública, pues hasta el árbol con más sombra es traicionero. 2) Hay que lidiar con aquellos que te ampayan, ponen cara de horror o sonríen complacidos al ser testigos de tan sutil declaración de amor. 3) Hay que preguntar si los hoteles son buenos, bonitos y baratos y sobretodo gay-friendlys. 4) Si son gay-friendlys, pero tú no lo eres (el hecho de ser gay no implica que dejes de ser homofóbico) entonces ahí ya te jodiste.
Ir a un hotel es dar de lleno en la diana con el sentimiento chauvinista post-criollista, con un ligero toque de ambiente (léase tracada) nada chic. No estamos en Beverly Hills, señores, y por más lujoso que sea un love-motel limeño, tampoco es el Marriott. La recesión me impide acudir mucho menos al Swiss Hotel (a no ser que me eche una manito mi tía, la China Tudela). ¿Por qué no ir a un hotel? La pregunta sería ¿qué tiene de bueno ir a un hotel?
1) Ir a un telo con tu novio significa ir a tirar donde miles han tirado ya (duh!). 2) Si tu novio es, obviamente, tu "enamorado" (si alguien me dice pareja, lo castro), es decir, en-AMOR-ado, aquél atañe al amor. Y a la persona que amas no la vas a llevar a un camal. Si la amas de verdad, claro está. 3) Hacer el amor con tu novio significa hacer EL AMOR, que es muy distinto de ir a follar. Ir a un telo asesina cualquier vestigio de romanticismo en el aire. 4) Ir a un telo cuesta. Es de esperar que llevarás a tu novio a un telo aceptable, o que pase piola. No a uno de diez soles (incluídos animalitos didácticos como ratas, cucarachas y otras curiosas especies).
Luego de una diatriba monumental, sólo comparada con delirios propios de tragedia de Shakespeare (ir o no ir), acordamos que el gran día será la próxima semana. Y un telo, ni de vainas. |
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