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Pre-cum for making up
jueves, abril 07, 2005 |
Bajo la superficie de su piel rígida por una expresión de disgusto, noté el rezago de una antigua preocupación. La cosa era saber qué. Pero era imposible porque Billy seguía absorto con la mirada en el suelo. Imité sus acciones. Deslicé mi espalda por la pared y me senté a su lado, sin decir nada, para que recordase que yo siempre estaría ahí. Pasaron cinco minutos, diez. Mis ojos empezaban a congestionarse de un líquido salado que ardía y me causaba escozor. No era momento para derramar lágrimas. Aguanté el advenimiento del llanto, apretando los labios, sintiendo en carne propia miles de tajadas de cebollas restregándose sobre mis pupilas. Calculo que pasaron cinco minutos más.
- Cyan, dime algo.
No era capaz de emitir una sola palabra.
- ¿La cagué, no?
Me puse de pie.
- No, Billy. De ninguna manera. Tú acabas de sentirte mal por algo que yo dije. Aquí el único que tiene derecho a sentirse mal eres tú. - Bullshit. También te hice sentir mal, ¿no? - Para nada. - No te creo. Estabas a punto de llorar.
No había pasado un mes y éste chico ya me conocía a la perfección, sin siquiera mirarme.
- Billy, eso no es cierto. Yo lloraría sólo si tú lloras. - You're so pathetic. - Lo sé.
Seguía esperando la respuesta. Me miró.
- No me gustó que me dijeras que te arrecho porque soy vírgen. - Lo sé. Me lo imaginaba. La arrechura me hace decir huevadas. - Porque hace seis meses que no tiras... - Vaya, se nota que lees mi blog todos los días. - Y quizás sólo me quieras para eso.
Me quedé boquiabierto. No era posible que la hubiese cagado tanto.
- AS IF! - ... - Damn it, lo siento, no es momento de hacer bromas. - Pues no. It's okay. Si es sólo eso, no hay problema. De todas maneras, ésta ha sido la mejor experiencia de mi vida. - ¿Ha sido? - Bueno, nunca fue. - ¿Fue? - Porque no somos novios, ¿o sí? - No, aún no, pero... estamos saliendo, ¿no? - ¿Eso significa que no me odias? - ¡Por supuesto que no!
Le acaricié la oreja ratonezca y luego jugué inocentemente a despeinarlo. Cuando pasé mi mano por sus cabellos negros, su cuerpo se sacudió y emitió un leve gemido. Se vino encima de mí, sin pensarlo dos veces. Empezamos a besarnos como si nada hubiese pasado. Luego me abrazó tan fuerte que pude sentir los latidos de su corazón.
- Me encantó que jugaras con mi pelo. Nunca nadie me había hecho eso. - ¿Eso significa que me perdonas? - No tengo nada que perdonarte. Perdóname tú a mí por decir cojudeces. - Please. Te hice sentir mal. - Duh! Lo mío fue peor. - Lo que pasó fue que... toda la vida... todos los chicos que he conocido me han choteado por eso, por no querer tirar con ellos.
Voilà la reponse.
- Billy, lo siento demasiado. Era lo último que quería que pensaras de mí. No soy uno del montón. Yo también he pasado por lo mismo. Pero existe una diferencia, que es a la vez la respuesta más común, obvia y patética del mundo: yo te quiero. - No pues. Yo te quiero más.
Esta vez lo besé intensamente por propia iniciativa. Después, en otro impulso, le saqué los anteojos negros, tomé su rostro con las dos manos y me sorprendí al descubrir que se veía mucho más guapo sin ellos.
- Pure lies. - No Billy, en serio, sin lentes eres más lindo. - Anyway, dame mis lentes. No me gusta que me veas sin ellos. - A mí sí. - ¡Damelos! - Espera, antes quiero que sepas algo. - What? - Nunca, ¿me escuchaste bien? NUNCA estaría contigo sólo para tirar. Lo que dije fue un grand erreur, tu comprends? - Oui. Je sais.
Nos tiramos al piso para besarnos con locura pero escuchamos algunos pasos cercanos que nos recordaron que aún estábamos en terreno peligroso. Nos pusimos de pie, tomamos el ascensor y salimos de la facultad. No había nadie en el campus.
- OH MY GOD! - Qu'est ce-que ça? - ¡No me lo vas a creer! - ¿Qué pasa, Billy? - Pre-cum...
Era cierto. En los pantalones de Billy, sobre la bragueta, había una leve mancha de pre-cum. A la vez, palpé los míos. También estaban mojados. Al fin estábamos de acuerdo en algo. |
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