|
|
|
|
I Do, I Do, I Do, I Do, I Do
martes, abril 12, 2005 |
Oh, I've been dreaming through my lonely past Now I just made it, I found you at last
So come on, now let's try it, I love you, can't deny it' Cos it's true I do, I do, I do, I do, I do
ABBA - "I do, I do, I do, I do, I do" (1975)
Pasó mucho antes de lo previsto. Las luces miraflorinas agonizaban bajo el escaso grupo de transeúntes que aún a esas horas de la noche insistían en retar al frío que se cuela hasta por debajo de los huesos. Nos habíamos cansado de dar vueltas ante el infortunio de no tener un sitio ideal para rendirnos a besuqueos, exhaustos tras la búsqueda de un inhóspito lugar que cobijase nuestras ansias de fisicidad concéntrica. Un árbol, un callejón: cualquier lugar era bienvenido, y sin embargo, corríamos el riesgo de ser acusados de violar la sanidad pública. Por ese motivo, al cabo de 3 largas horas de caminata, nos dimos por vencidos. Nos fuimos a sentar en una de las bancas de la castigada calle Tarata, donde otrora un coche bomba abandonado a la entrada de un edificio de departamentos acabó con la vida de cientos de personas que ni tenían idea qué significaba exactamente la palabra Sendero Luminoso (porque las personas de la high pueden darse por muy enteradas pero eso al final poco importa).
Dicha callecilla, huelga mencionar, se ha convertido en los últimos años en toda una queer street destinada al ligue fácil entre los que buscan algo pasajero y rapidito, sobretodo si lo que buscan son extranjeros, europeos o norteamericanos, que son los que mayormente visitan esas inmediaciones. Allí estábamos Billy y yo, mirándonos, sentados en medio de muchos gays en su haber que se paseaban una y otra vez buscando algún punto. Y hablando de extranjeros, de improviso vi salir de una cabina de internet a Joe, un semental norteamericano de 42 años con el cual tuve un affaire hace unos 3 años, y que siempre recuerdo como the best fuck of my entire life.
Como aún existe una gran amistad entre ambos (porque Joe se aburrió de mí en materia sexual), le pasé la voz. También aproveché para que Billy notase mi gran dominio del inglés, que al fin y al cabo es la lengua con la que preferimos comunicarnos cuando estamos a solas (a ambos nos excita).
- Hey! Joe! - Hi Cyan, how are ya? - Cool, just chillin' out. - I see... - Um... Oh! By the way, um... this is Billy. My boyfriend.
En el momento de pronunciar las palabras no me di cuenta de lo que había hecho exactamente. Esperaba, claro está, una reacción o siquiera una levantadita de cejas por parte de Billy. Pero ni eso.
- Hi Billy, how you doin'? - Fine thanks. It's nice to meet you, Joe.
A continuación, como siempre suele suceder cuando converso con terceros con Billy al lado, él permaneció en silencio, balanceándose con suavidad sobre la banca. Joe me hablaba de muchas cosas, pero yo no tenía cabeza para procesar lo que me estaba diciendo. Felizmente, Joe al parecer entendió mi turbación y se despidió con prestesa de ambos. Se fue caminando a grandes pasos por la calle adyacente.
- Cyan, qué guapo ese gringo. - Lo sé. - ¿De verdad fue the best fuck of your life? - Y... sí... pero...
¿Era eso todo lo que tenía que decirme? Le hice esa misma pregunta mentalmente, mirándolo a los ojos. Billy entendió y me dijo con voz tierna:
- Am I really your boyfriend?
Caí en cuenta que ya me había declarado mucho antes.
- Do you wanna be my boyfriend? - Of course I do!
Billy abrió los ojos como criatura en Navidad. Y así de sencillo, acabó por convertirse en la persona más importante en mi vida. |
|
|
|
|
|
|
|
. |
|
|