Cómo llegar a ser Karen O en cinco pasos
martes, junio 07, 2005

Ya no puedo más. Anoche tuve una sesión ininterrumpida de Yeah Yeah Yeahs que rematé con un concierto bajado de internet y algunos videítos un poco rácanos (excepto el de "Y Control"), y literalmente, quemé cerebro. Así que he decidido, para angustia de mis fans, convertirme en Karen O. Debo decepcionar aquí a los malpensados y/o detractores que saltarán en una pata al imaginar que me cambiaré de sexo. Nada que ver. De momento me apetece seguir usando la verga. Ya estaba escrito que las vaginas me causan repulsión, aunque jamás en la magnitud de la pobre Catherine Denèuve, quien detestaba el órgano viril en la película de Polanski. Por más regia que sea Catherine (y por más que le robe un papelón cuando llegue a Paris el próximo año y me haga su amiguísimo), nunca me arrastraré por el suello como ella. También olvidé acerca de qué estaba escribiendo. Muchas veces me aterra empezar a escribir de una cosa y terminar abordando otro tema. Ah, sí, Karen O, que es todo lo contrario a Catherine Denèuve, aún en su etapa Dancer in the dark. Pues bien, echando mano de un antiguo recursé que usurpé a los New Kids On The Block, pasaré a relatar detalladamente el proceso de mi futura transformación.

STEP ONE (we can have lots of fun):
Bajar de peso y ser anoréxico.- Esto ya estaba implícito desde el momento en que pasé de ser 30 a 32 en talla de pantalón. Y como ni siquiera mi amiga Anne Horexia se ha dignado en prestarme alguno de sus bucólicos artilugios, ahora me jugaré el todo por el todo. Comenzaré con hacer cuanta flexión abdominal exista en el manual del buen gimnasta, aunque dudo que me atreva a ponerme un leotardo, al menos no hasta que me deshaga del flotador incorporado que tengo en el estómago. Pero no contento con bajar la panza, que debería ser la consigna de cualquier futuro metrosexual, extirparé también un poco de papada y no comeré sino un plato al día de hierbas que yo mismo cosecharé de mi mezquino jardín, así sea grass europeo o de Tarma. Sólo podré respirar tranquilo cuando sea capaz de contar las costillas en el pecho.

STEP TWO (there's so much we can do):
Cabello.- Comenzó como asian look, luego mutó como una mala imitación de Hyde (el ex-vocalista de L'Arc En Ciel), posteriormente fue por imitar a George Harrison en su etapa Abbey Road y finalmente hoy se quedó como a medio camino entre la melena de César Zamalloa y Edu Saettone. Pero a partir de mañana, remataré el cerquillo por la parte posterior y dejaré crecer el capul hasta más allá de la frente, para que el mechón caiga como una unidad autónoma sobre los ojos, lo cual nos lleva al siguiente punto.

STEP THREE (It’s just you and meeeee)
Adiós al look intelectual.- Es decir, los lentes. De todas maneras tenía que hacerlo en algún momento, porque en la reunión de Bloggers me dijeron que se parecen mucho a los lentes de Daniel. Con el objetivo de que el cerquillo me caiga sobre los ojos y me tape la mirada, debo tirar mi montura (dudo si regalarla o no) y adquirir lentes de contacto, con todo lo desagradable que eso implica (soy una bestia que suele perderlos por el drenaje del lavatorio) o hacerme una operación láser y acabar de una buena vez con la miopía/astigmatismo/hipermetropía o la chucha del gato, antes de lo cual deberé chupársela a medio staff de oftalmólogos de Opeluce para poder hacerme acreedor a una operación gratuita.

STEP FOUR (I can give you more...)
Ropa ochentas.- Qué sesentas ni setentas ni qué tanta tontera. Los ochentas son lo máximo. Sino miren a los millones de wannabes que pululan por Barranco tratando de emular a Debbie Harry, o a la modelo del video de "I Ran" de A Flock Of Seagulls. Felizmente encontré en El Hueko un CD de Tatiana. ¿En dónde estaba? Ah, sí. Mutilaré mi clóset de prendas a go-gó, la quemaré (no vaya a ser que después me hagan brujería) y adquiriré un nuevo lote de trapos con rayas verdes fosforescentes previa visita a los baratísimos establecimientos de la Av. Grau, porque últimamente se ha puesto de moda ir a comprar ropa allí, a pesar que desde que están construyendo la nueva Vía Expresa, para llegar es todo un loco. El look será rematado con un par de All Star negras, además de cadenas y gargantillas de púas cortesía de Ana Conda (y luego no te hagas la loca, mira que yo siempre te acompaño a ver a Serpentina Satélite).

STEP FIVE (Don’t you know the time has arrived!)
Tener una banda de rock.- Tampoco es una utopía porque las canciones las escribí cuando tenía catorce años, y la música terminaré de componerla cuando se la chupe a alguien que me enseñe a tocar la guitarra, y cuando me compre una guitarra eléctrica en forma de V, como tenía Alaska cuando tocaba en Kaka De Luxe. Luego moderaré mi voz andrógina y gritaré tanto que me pondré ronco (no tanto como Rossy War, más como Maria Conchita Alonso) para condimentar los coros de algunas cancioncitas con alaridos de perra arrecha. Mi grupo se llamará BomiToni, debutaremos en La Noche de Barranco con la mitad del público sacado del Downtown Vale Todo, me emborracharé, tiraré el micro, me violarán y luego violaré aciertos integrantes de The Mamelucos, de Turbopótamos y de The Emergency Blanket. Mi primer EP será editado en Eslovaquia cuando la gente me empiece a decir por la calle "Hey, mira, ese chico se parece a la vocalista de Yeah Yeah Yeahs, ¿es un chico?".

Me faltó decir que requiero tener a Billy más alto (con píldoras de crecimiento) y conseguirme un guitarrista con el pelo a lo Robert Smith. Sin embargo, con estos cinco sencillos pasos que pondré en práctica a partir de mañana, estoy seguro que me acurrucaré bajo la axila de la fama y la fortuna. Y eso sin haber tenido ninguna entrevista en BlogsPeru. Bravazo Sofi.

Posteado por Cyan a las 1:42 p. m.
 
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