Grabaciones legendarias - Cap. 3
domingo, julio 24, 2005

Caso: Ricchi & Poveri - "Mamma Maria" (1982)

Vivir bajo el estigma de ser hijo único de un matrimonio que trabaja suele relegarnos a merced de las empleadas del hogar. Durante la primera etapa de mi niñez (que transcurrió hasta los 6 años), como ya lo he relatado anteriormente, la abundancia de gente en la casa solía suplir la carencia de hermanos. Secretarias, empleados, domésticas, primas de provincia traídas con la finalidad de ser mis compañeras de juegos pero que no lo fueron nunca porque ya estaban grandecitas y se dedicaban a los caprichos de la adolescencia, fallidas amistades con niños del mismo barrio, amistades forzadas con los hijos de los empleados, etc.

En el año 1986, mi madre dispuso dos empleadas en casa: una que se encargara de la limpieza y la lavandería, y otra que se abocase a mi cuidado y a hacer la comida. Esta última se llamaba María. En casa era toda una novedad, pues acababa de venir de la selva, recién bajadita, a alborotar las hormonas de los componentes masculinos de la cuadra. Como buena charapa era muy coqueta, se pintaba y se vestía con mucho exceso, toda ella, estaba que daba la hora y el que más la piropeaba por las calles.

María era adicta a la salsa. Por esa época se puso de moda la salsa erótica, y mi mamá nunca vio con buenos ojos que me hiciera escuchar canciones de Eddy Santiago, Andy Montañez, o hacerme cantar de memoria líricas tipo "he manchado tus sábanas blancas recordándote". A la charapa, por supuesto, le llegaba al huevo. O mejor dicho, a la punta de la teta. Mi madre, escandalizada, empezó a llenar mi dormitorio de discos "con mensaje", como aquél tormentoso cantar de las tablas de matemáticas de los españolitos de Enrique y Ana, vinilos de Yola Polastri, o en especial un disco de canciones románticas, que las secretarias de mi papá le recomendaron comprar, y que se llamaba Ricos y Pobres.

Eso fue lo que me dijo en un primer momento, pues ni bien recibí el disco me atreví a pensar que a mi pobre madre la habían estafado. Una amiga del jardín de infantes me dijo: "Es que Ricos y Pobres en italiano se dice Ricchi e Poveri". Decidí darle una oportunidad al vinilo, para lo cual saqué mi desgastado disco de Thriller y coloqué bajo la aguja a la reciente adquisición que se revelaba bajo el nombre impreso con letras doradas de Ricchi e Poveri. La primera impresión fue de una explosión inusitada de ñoñez, quizás demasiado chochi para mi gusto, pero resaltaban melodías acarameladas como las manzanas de feria, sobretodo la que daba título al álbum: "Mamma Maria".

La letra, por supuesto, no la entendía, porque no tenía sentido ni quería encontrarle significado alguno (un gato blanco/de buen humor), sin embargo me acordé casi al instante de mi tormentosa niñera, quien tampoco tardó en enamorarse de la canción y pensar con sorna que los italianos la habían escrito pensando en ella. Ya para 1986, "Mamma Maria" era una oldie, pues circuló por las radios limeñas en el año de su lanzamiento, en 1982, primero en la versión original en italiano y luego en la adaptación al español. Las secretarias de mi padre deliraban con ella e inclusive me pidieron prestado el vinilo, que nunca más volví a ver, hasta recuperarlo unos diez años después, en una edición mucho más antigua, entre los "disqueros" de la erradicada avenida La Colmena.

Volviendo a la historia, solía escuchar mañana, tarde y noche mi vinilo de "Mamma Maria" durante la época en que Maria, mi niñera, dejó de darme bola para desvivirse en atender, sin miramientos, a mi primo, un espigado, larguirucho y dientón jovenzuelo de 18 años, flamante cadete del Ejército Peruano que acostumbraba a pasar sus relevos en casa. María perdió el dominio de sí misma. Preparaba juanes y sesinas todos los días, reservaba un poco de su sueldo para comprar los ingredientes y preparar los dulces preferidos de mi primo, e inclusive comenzó a usar, tras conseguir luego de ardua lucha, la ropa que mi mamá dejaba de usar de un día para otro porque sus amigas se conseguían algún modelito mejor.

Podría decirse que los niveles de auto humillación a los que llegó María rindieron los frutos esperados. Mi madre los llamaba a gritos cuando ambos parecían desvanecerse por entre los rincones de la casa, y lo que tenía que ocurrir, tarde o temprano ocurrió. María no llegó a trabajar un lunes, mi primo tampoco dio señales de vida, y la bomba explotó cuando mi madre descubrió los sangrados en las sábanas y los emplastos bajo la cama del dormitorio de servicio. Porque María no sólo estaba embarazada, sino que consiguió que mi primo se enamorara locamente de ella, haciendo que moviera cielo y tierra para proponerle matrimonio.

No obstante, las cosas tuvieron un giro trágico. Luego que María fuese echada de casa por mi madre (recuerdo como si fuese ayer la despedida en el umbral de la puerta, con María llorando a mares abrazada de mí, incapaz de pronunciar palabra alguna), partió con su maleta en una mano y la mano de mi primo en la otra hacia nuevos horizontes, al menos eso fue lo que ambos pensaron. Después de casarse por el civil, ninguno de ellos contó con que la familia les diese la espalda. A oídos de mi madre llegó la historia que la familia de mi primo, tras cerrarle las puertas del apoyo económico, lo botaron de su casa, por lo cual se vio obligado a llevar a su flamante esposa a dormir bajo las esteras y el polvo de un asentamiento humano en el cerro de Carabayllo.

Lo último que supe de ellos, hace algunos años, fue que mi primo dejó el Ejército, consiguió trabajo de albañil y pudo construír una casa de material noble bajo el terrenito que invadieron. Tuvieron dos hijos, pero jamás consiguieron salir de la miseria en la que se encontraron desde un primer momento. Su paradero es actualmente inubicable, a causa de los prejuicios de la familia de mi primo y sin embargo, aún hoy continúo escuchando el vinilo de "Mamma Maria", no sin acordarme de cierta moraleja: la vida nunca es como la pintan en las novelas. Así que, empleadas del hogar, tengan cuidado, que les puede salir el tiro por la culata. Para los demás, disfruten del tema en la columna izquierda de MUSICATION.

Posteado por Cyan a las 3:16 p. m.
 
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