Post chochi
miércoles, julio 20, 2005

[Post originalmente titulado "You mean the world to me"]

Desde que empecé a inmiscuírme en los libros, la poesía nunca llegó a conectarse conmigo, y viceversa. Durante años me vi forzado a leer y releer aquellas páginas de vacua laxitud, al menos para mí, de autores que se ganaron el mundo por su propio peso (o verso). Bécquer, Neruda, Vallejo. Para alguien cuya referencia permanente eran las telenovelas mexicanas y las revistas del corazón, el amor era algo mucho más simple que libros como "Trilce". Lo que estoy afirmando podrá sonar a que estoy metiendo las cuatro patas en un estanque de ácido muriático, porque a pesar de tantos años intentando leerlo, siempre me quedo dormido a la tercera página de "Trilce", y aún hoy en día, me es imposible responder a la pregunta sobre "¿De qué se trata?", porque no lo sé, ni quiero saberlo. Podría vivir la vida entera sin ninguna clase de remordimiento por no saberlo.

Aunque Rimbaud sí me parecía chévere, no por sus versos (pues ni siquiera he leído ni uno solo de sus putos poemas), sino por toda el background de malditismo literario y social. Tampoco voy a ponerme a decirles a todos que soy fan de Rimbaud (como hacen muchos) sólo por parecer erudito. No obstante, el amor hace que hagamos huevadas, entre ellas, el que los no-poetas escriban (o intenten escribir) poesías sin el menor sentido poético, y sin someterse a las reglas de la métrica literaria. Esta debe haber sido la primera vez que intento escribir versos, y me sigue pareciendo lo más difícil del mundo. Alabados sean los poetas, sólo Dios sabe lo jodida que es su profesión. Por eso intenté escribir una poesía para Billy, sin preocuparme por la rima ni la extensión de las estrofas, y me salió más o menos así:

Cánon Cianúrico

Lo intuí cuando observé la profundidad de aquellos ojos negros
que centellearon su brillo de ébano
contorneándose nerviosos dentro del lecho razgado
de las comisuras infinitas, delineando la alegría
por observarme demasiado, supongo.

También sentí el peso flotante de aquellos pequeños brazos
que ansiosos encontraron su camino enroscándose en mi cuello
dejando a su paso un abanico de expresiones sórdidas pero encantadoras
que desfilaban a través de la sonrisa tímida,
la sonrisa que define y gobierna
mis días y mis noches.

Aquella sonrisa maravillosa que concentra
el minuto exacto de la creación,
dejándome desolado y a la deriva
como un náufrago de amor entre las olas de alabastro
del mar espumoso por la suavidad que invaden
los poros de tu piel,
y que encuentran tan bien el objetivo alcanzado
de pertenecer a mi silueta rozagante y deseosa
de conjugarse con la tuya.

Fue así que con estos versos acabé de redondear
el círculo concéntrico de mis pensamientos al andar.
Musicalmente acompasados por tus pequeños pies
dejando huellas ignotas al rastro de mis jornadas del calendario
Teniendo ya los relampagos del razonamiento ignoto
a grandes zarpasos de rauda memoria
consiguiendo grabar la única verdad absoluta
de amarte con toda mi alma,
de pertenecerte entero
y de ser tuyo hasta el final certero.

Te amo, bebé hermoso.

Felíz Cumpleaños.

Tu Cyan

Posteado por Cyan a las 12:19 p. m.
 
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