Un Día Sin Sexo
miércoles, octubre 26, 2005

Normalmente no suelo hacer comentarios sobre cine fuera de mi labor como crítico para la revista "Erecciones Generales", pero la ocasión lo apremia. Anoche fui con Barbie Túrica a ver "Un Día Sin Sexo", la última película peruana en cartelera, dirigida por Frank Pérez-Garland, un chico con pinta de Steven Soderbergh que fue mi jefe de práctica en un par de cursos de la Universidad. Si mal no recuerdo, en Post-Producción Audiovisual y otro taller más.

Aquello resulta un tanto curioso, porque es precisamente allí donde podemos encontrar las mayores taras de la película. Un ritmo algo insufrible e inconstante, a la par con cierto desinterés hacia la mitad del metraje, y lo más importante, errores imperdonables de raccord y continuidad. Aparte de las fallas técnicas, existe un cierto deslucimiento en la puesta en escena. Una mirada ingenua quizás.

No obstante, la película vale porque a las finales resulta conmovedora y muy (pero muy) verdadera. A diferencia del bodrio llamado "Mañana Te Cuento" (todo un esperpento que ni merece ser mencionado), uno se ríe de buena gana, y sobretodo se identifica. Existe una escena muy bien lograda, donde Vanessa Saba y Paul Vega, desnudos en la cocina, se ponen a discutir los problemas de su relación.

Se trata de un plano larguísimo, de casi diez minutos de duración, sin cortes, en la que ambos, en una excelente actuación, tienen la absoluta libertad de soltar su texto como un dedo en la llaga. No sólo me identifiqué con Vanessa, sino que estuve a punto de soltar una lágrima. Quizás en el fondo, mis sentimientos sean más lo de una mujer que de un hombre.

Vanessa: Quiero saber por qué carajo las cosas no son como antes. Por qué mierda me siento un objeto más de esta casa. Por qué me siento una silla. ¿Por qué ya no me dices que me quieres?
Paul: Porque yo tampoco te lo tengo que decir a cada rato.
Vanessa: Pues me haría bien escucharlo de vez en cuando.
Paul: Las relaciones cambian. No se quedan nunca igual.
Vanessa: Necesito escucharlo.
Paul: ¿Qué quieres que te diga? ¿"Hola amor, te extraño un culo cuando estoy en el trabajo"?
Vanessa: ¡SÍ!
Paul: ¿Sabes lo que pienso? Que a veces me gustaría que no necesitaras tanto de mí.

Sabias palabras, Vanessa. La película no es la gran cosa, pero se las recomiendo de veras.

Posteado por Cyan a las 8:07 a. m.
 
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