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Magical connection
jueves, octubre 28, 2004 |
Todo el mundo hablaba del famoso eclipse y sin embargo nunca me llegué a enterar de cuándo era exactamente, entre otras cosas porque la política, la meteorología, los deportes y la astronomía son temas que prefiero obviar porque me confunden, me hastían y hasta me ponen de mal humor. Últimamente de tanto pensar en Pertur, la dejadez se ha apoderado de mí y ha hecho que poco a poco vaya olvidando mi rutina diaria, la cual constaba de comer abundante fruta, beber más de 2 litros de agua pura, hacer abdominales en 4 series de 20 y practicar la partitura que me dejaron en la clase de guitarra. Como consecuencia estoy engordando demasiado y ya pasaron 2 meses sin que le pueda sacar notas al maldito instrumento.
Y no me di cuenta del eclipse porque un nuevo ser ha entrado en mi vida. No puedo decir su nombre pero lo llamaremos Nené. Y no es Neneh Cherry porque no es ni mujer ni negra. Es un encantador blogger hispanohablante, desde que inauguré el blog hicimos migas y entablamos una amistad cómplice. Su blog es bastante vivencial y desenfadado igual que el mío, poseemos casi las mismas experiencias y fue de los primeros del mundo virtual en brindarme su confianza, antes inclusive que los mismos bloggers peruanos.
Siempre los posts que Nené escribía en su blog despertaban en mí la semilla de la curiosidad y la codicia, porque Nené posee la ventaja de tener novio y no estar terriblemente solo como el que escribe. Respetos guardan respetos, pero la curiosidad pudo más. Cuando la idea del suicidio cruzó por mi cabeza una vez más (a causa de Pertur), Nené me mandó e-mails de apoyo emocional. Se le notaba bastante preocupado y aquello me enterneció. Ninguno de mis lectores había tenido ese gesto, y el suyo me llegó al fondo del corazón. Empezamos a enviarnos mensajes al celular y no se por qué, de pronto me comenzó a interesar más de la cuenta. Lo más curioso de todo fue que ocurrió en menos de 2 días.
Nos encontramos en el MSN y cuando prendió su webcam la ilusión se desvaneció un poquito: Nené era atractivo, pero no podía considerarlo "mi tipo". De modo que no fue algo a primera vista, sino a segunda y hasta tercera. Su sonrisa empezaba a calar hondo, sus gestos, su... no lo sé. Había ALGO en él que me dejaba sin aliento, sin esperanza. Mi lado femenino tiene muy desarrollado el sexto sentido, el cual me advertía antes de tiempo que ese chico me atraía.
La gota que derramó el vaso fueron 3 e-mails que no pude leer sino hasta el día de hoy. En ellos, Nené me contaba que estaba viendo el eclipse y que de pronto se puso a pensar en mí. Yo siempre me he considerado un romántico al 100%, y cuando alguien me viene con esas cosas yo caigo cual pez en el anzuelo. Esa clase de detalles me dejan por los suelos y clamando por más. Quizás él no lo sepa, y no me importa que lo haga, porque él lee todo lo que posteo, pero lo cierto es que yo me enamoro demasiado rápido. Para enamorarme basta una hora. Maldita primavera.
Debe existir alguna clase de conexión ¿mágica? entre nosotros. Anoche, mientras él pensaba en mí, yo leía con sumo placer la novela "Pudor" de Santiago Roncagliolo (gracias por el dato, Vodkita) y de repente me acordé de Nené, de sus sonrisa, de sus ojos, casi al mismo tiempo que él, a millones de kilómteros de distancia, pensaba en mí. Y desde entonces, el recuerdo de Pertur me atosiga con menos intensidad. Aquello es otro cantar y un cuento de nunca acabar. Pero me quedé colgado de Nené. Pienso en él desde ayer y no es un sentimiento vacío y doloroso, como con Pertur. Con Nené es alegría, mucha alegría, y bastante buen humor. ¿Habré estado equivocado? ¿Acaso el amor será alegría y no sufrimiento? No sé si sea amor, pero lo cierto es que he empezado a querer bastante a Nené y a tomarle cariño. De una cosa estoy seguro: no puedo enamorarme de él. Quizás ya lo esté, pero me da miedo. Porque Nené está en otro país, mucho más lejos que Pertur. Aquello sería continuar mi vida en círculos.
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