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Witchcraft
viernes, octubre 15, 2004 |
Se suponía que ayer debí haber entregado una página web que estuve trabajando toda la semana, pero no lo hice, el ánimo no me daba para más, y por mucho que estuve casi 5 minutos con un alfiler clavado en el brazo, no pude sacar a Pertur de mi mente, pues descubrí para mi desgracia que el amor por él es mucho más grande que el dolor. Luego de escribir el post anterior, no me importó que fuese la una de la tarde y tomé un Diazepan. No tenía hambre, y cuando comí una barra de Snickers, me dieron náuseas. Algo malo debe estar ocurriéndome interiormente, como si mi cuerpo me dijese, a gritos, que nada mejorará hasta que Pertur sea mío. Me tiré en la cama y poco a poco el recuerdo de Pertur se fue alejando de mi mente... la pastilla hacía efecto, el sol primaveral me quemaba la cara, mi cuerpo se relajaba, se tornaba inmaterial...
¡Oye, estúpida, despierta!
Alguien me sacudía. Todo estaba entre tinieblas. Me asusté al pensar que el exceso de pastillas me había conducido a la ceguera. Pero en medio de la oscuridad vi un rostro, colorado de ira, rechoncho, que abría la boca para gritarme improperios. Era mi amigo Robus Tito. Debió de haber entrado con la llave escondida en la maceta. Y continuaba gritando. Me decía de todo: estúpida, infeliz, tarada... Entre los gays, por más masculinos que seamos, siempre existe la costumbre de "mujerearnos" o hablarnos en femenino. Pero la Robus es tan maricona que sus insultos me hicieron reír. Cuando recobré el sentido, me di cuenta que había caído la noche y que había dormido unas 6 horas, que se habían pasado como un rayo, pues fue como cerrar los ojos y abrirlos al cabo de un segundo. Una maravilla de la ciencia, las pastillas.
La Robus se hartó de que me tomara todo a la ligera y me estampó un buen par de bofetadas. Caí en la cama, más sorprendido que adolorido. Recordé que la Robus no tenía ni un ápice de idea de lo que me estaba sucediendo, pero no tuve que contárselo porque la Robus, además de ser pitonisa, clarividente, medium, hechicera y aprendiz de bruja (en competencia con la fenecida Fulvia Célica), lo supo al momento de mirarme directamente a los ojos.
¿Quién es?
Le expliqué todo y de todo, con lujo de detalles, pero a la mitad de mi relato me interrumpió para decirme lo que siempre dice cuando uno le cuenta sus problemas: "Ya lo sabía". Porque asegura que debido a sus cartas, horóscopos y vaticinios elaborados por él mismo, siempre está muy "enterada". Por eso a uno le dan ganas de responderle: "¿Y entonces para qué carajo preguntas, gordita?". Pero postergamos el tema porque el motivo de la visita del sucesor de Walter Mercado era, claro está, saber qué había pasado con el trabajo que se suponía iba a entregar hoy. Pero lo tranquilizé diciéndole que ya estaba terminado, oleado, sacramentado y subido propiamente en el servidor. La Robus suspiró con alivio.
¿Y para eso querías suicidarte?
Me reí. Mi amigo Robus siempre me hace reír. Debí haberlo buscado antes. Siempre consigue sacarme de la pena más amarga. No, no me quería suicidar, le expliqué. Sólo quería dormir un poco, para olvidar, y para no sufrir. A continuación la Robus puso cara de "este cuento ya me lo sé de memoria". Y repliqué que no era novedad, que mi vida siempre iba en círculos. Que una vez más, estaba enamorado de un chico del cual no conocía su opción sexual. Aún.
Sufres por puro gusto. Te gusta sufrir, reconócelo. Eres un masoquista. Te gusta tenerlo todo fácil. Ya sabes la técnica para conquistar a un hombre, los 5 Pasos... No existen barreras para nosotras, Cyan. ¿Es que acaso no sabes cómo volver gay a un straight? ¿No hemos repetido los pasos miles de veces?
Tenía razón. Aparte de Los 5 Pasos..., existen muchas otras maneras de volver gay a un heterosexual. Robus fue la maestra y yo su "alumna". Robus sedujo al chico más varonil y mujeriego de la Universidad del Pacífico, y hasta ahora se siguen viendo para echar uno que otro polvo. Yo hice lo propio con Pin Ghon, un chico que estudiaba conmigo, en la Universidad de Lima. Me volví su mejor amigo, y luego de 2 años, cuando Pin estaba con enamorada y todo, le conté que era gay. Todo cambió y al cabo de 6 meses de tensión sexual entre los dos, accedió a que le hiciera sexo oral. Luego de otros 6 meses de sexo oral, su vida cambió y me pidió que lo penetrara. Éxito total. También lo sigo viendo de vez en cuando.
Si estás enamorado de ese chico, pues las cosas no serán fáciles. Si es straight, lo puedes tener en la palma de tu mano, trabájalo, pero con paciencia, tú eres de los que lo quieren todo fácil en la vida. Trabájalo. Pero eso sí, te doy como mínimo 2 años para que al menos pueda suceder algo entre ustedes. Ya sabes que no es algo instantáneo y 2 años de paciencia es el mejor pasaporte para la gloria. Tú y yo lo sabemos por experiencia.
Ahora, para ir calentando motores, deberás comprar una vela rosada en forma de pirámide alargada, lo más grande posible. Todos los viernes, deberás prender la vela a solas, en tu cuarto, y ponerte a pensar en él, a llamarlo en voz alta. Hazlo durante unos 15 minutos y apagas la vela luego de otros 45 minutos. Hazlo una vez por semana, siempre un viernes. Cuando la vela se consuma toda, semana a semana, habrás conseguido que él, al menos, sepa que existes y te abrirá las puertas de su confianza. Y si es gay, le empezarás a gustar. Luego de eso, úna noche de luna llena, aviéntate. Y si no es gay, pues espera 2 años. Nada es para siempre, nada es imposible.
Me convenció. Pero... ¿tendré que esperar 2 años por él? ¿Y si es gay? Quizás dentro de 2 años esté viviendo en otra parte del mundo. Pero no importa. Nada pierdo... Este fin de semana compraré mi vela. Voy a por tí, Pertur.
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