Debo aclarar que la flojera aún no ha hecho mella en las manos que escriben acompasadamente sobre mi teclado. La razón por la cual no he vuelto a responder las preguntas de Las 5 del Viernes es por la carencia de temas interesantes, las constantes interrogativas sin pies ni cabeza y, lo que es peor, la falta de sentido común y creatividad de las preguntas de dicho blog. Como veo que el tema de este viernes me toca muy directamente, he decidido responderlas.
1) ¿Tienes un album de fotos PERSONAL? (sólo para tu uso) Si es así, ¿cuánto tiempo llevas con él?
Si la pregunta se refiere a un book, entonces mi respuesta es afirmativa. Por razones obvias, un gay a la caza siempre tendrá a la mano una gama de instantáneas personales para interesar a sus posibles amantes, y cuanta más carne se enseñe, mejor. En mi caso, a falta de carne y músculos (mi cuerpo siempre ha sido delgado y últimamente la grasa se ha acumulado en mi barriga), siempre tengo disponibles por ahí un par de fotos recientes, las cuales me tomo yo mismo o con la ayuda de mi amigo Funky, en las cuales trato de reproducir mi apariencia física con la mayor fidelidad del mundo para evitar sorpresas de último minuto a aquellos que acuden (esperanzados) a una cita conmigo.
2) ¿Cuál es la foto que mas aprecias, quieres, adoras y nunca perderías por nada del mundo?
Una en la que yo, a mis 4 años, aparezco con un traje celeste de marinerito y una pose muy a lo estrellita infantil de teleserie a punto de ser cancelada. Mi madre se empeñaba en mostrarle a todo el mundo lo bello (según ella) que era su hijo. Años después, se retractaría de su bondadosa afición cuando la adolescencia, el punk, el gothic, el maquillaje, el color negro, Siouxsie Sioux y Nicola Sirkis le arrebataran a su único retoño y lo mimetizaran como un híbrido entre new wave londinense y la pura desfachatez.
3) ¿Te gusta que te tomen fotos? ¿por qué?
En el mundo "real", por supuesto. El figurettismo es una de mis facetas más explotadas, siempre y cuando estrene alguna camisa o pantalón de fines de los 60 que encuentre olvidado en los baúles de mis abuelos, para rescatar el vintage y el a-go-go que me chiflan bastante, o sino para demostrar que YO, que de japonés no tengo ni la mugre de las uñas, con un poco de tinte capilar, maquillaje y vestuario ajustado, puedo pasar fácilmente como miembro transitivo de una banda de j-pop.
Por otro lado, en el mundo "virtual", nunca verán una foto mía, por razones obvias de anonimato.
4) ¿Te gusta tomar fotos? (personas o lugares) ¿por qué?
La fotografía es otra de mis pasiones. Así sea para retratar una simple cáscara de plátano tirada sobre el pavimento, mi obsesión por retratar lo irretratable es considerablemente grande. Otra razón de esta conducta, aparte del figurettismo, es mi condición de voyeur. Me ha pasado una vez que, luego de hacerle el amor a un hombre X, conserve fotos de ciertas partes de su cuerpo, para poder masturbarme cuando la ansiedad me aprieme o cuando él no pueda brindarme su cariño. Finalmente, también son divertidas las sesiones de fotos instantáneas que tenemos mi amigo Funky y yo al menos 2 veces al mes. O bien nos encerramos en mi cuarto y nos probamos toda la ropa de nuestros armarios (a veces hasta desnudos) o bien salimos a armar escándalo en cualquier parque de San Isidro, intentando emular a Paris Hilton y Nicole Ritchie sin conseguirlo, pero al menos nos divertimos (y la gente nos mira como si fuésemos extranjeros, una vez me pidieron un autógrafo).
5) ¿Cuál es la fotografia que más te ha impactado en toda tu vida?
Esta:
Se llama Robert Stearns. Encontré su foto en 1997, cuando recién salía del closet. La foto condensa todo lo que me excita de la vida: un hombre hermoso con camisa blanca, pecho velludo y calzoncillos blancos Calvin Klein. Suficiente. No pido más. Es obvio que también conservo muchas otras fotos de Robert, donde lo enseña todo, en todas las poses y segregando todos los fluídos. Sin embargo, la foto de la camisa y el calzoncillo blanco siempre me electriza. He perdido ya la cuenta de cuantas veces me he masturbado con esta misma misma foto. Pasan los años, voy cambiando mis gustos, pero siempre vuelvo a Robert y al tesoro escondido bajo su camisa blanca. Todo va en círculos. |