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Diálogos conyugales, parte I
martes, noviembre 08, 2005 |
A pesar de que está con un pie en la tumba, mi abuela vistió hábitos morados y se fue apurada a la Procesión, (yo la dejo ir con la esperanza de que le de un infarto entre tanta gente y no regrese para contarla). Aprovechando la ocasión que nos cayó del cielo, mi novio y yo hicimos el amor en todos los cuartos y camas de la casa.
Después de deambular desnudos por el comedor, como en las últimas páginas de "Cien años de soledad", regresamos al cuarto porque aún quedaban energías para lo que fuese.
Yo: Pucha, y como te iba diciendo, la cuestión es que si no vamos a ir a Argentina al final, fácil me voy a Francia, ahora que voy a dar el DELF y todo... pero me iría por un año nomás... Él: Mmm... ajá... Yo: Porque más de un año... Ay amor, te voy a extrañar demasiado. Él: Mmm... Yo: Además, aparte de Francia, tengo que ir a Miami a decirle a mi mami que soy gay y todo... Él: Mmm... amor, no hables tanto. Yo: Creo que si me dan la visa a la Unión Europea, puedo entrar a USA sin problemas, ¿no? Él: Mmm... amor, estoy tratando de concentrarme aquí... Yo: Aunque claro, Japón también es una opción, pero los japoneses son muy raritos... Él: CARAJO AMOR, ESTOY TRATANDO DE METÉRTELA Y NO ENCUENTRO TU ANO, ¡NO ES MOMENTO PARA HABLAR DE ESTAS COSAS!
Y no pudimos seguir porque nos dio un ataque de risa a ambos.
Él: ¡Tienes que poner esto en el blog! Yo: ¡De hecho! |
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