Quelle horreur!
domingo, noviembre 06, 2005

La vez pasada me preguntaron ¿por qué presumes ser indie cuando no lo eres? Y me dio mucha risa porque en ningún momento me he autodenominado como tal. Simplemente, la corriente independiente, en todas sus disciplinas, excita mis sentidos. Si fuese indie, no escribiría sobre mi sentido de superioridad, ni del glamour, ni del jet set, ni del consumismo, porque estos postulados van muy en contra de la estética indie. Tampoco me habría animado a ir a discotecas gays, pero conste que sólo lo hago por amor.

¿Entonces que soy? Soy simplemente un chico electrodoméstico. Me gusta lo indie y me encantaría serlo, pero no puedo. Preferiría antes bajar de peso y tirarme a Paris Hilton, para ser, tal vez, el primer homosexual que se la tira. No obstante, hay otros bloggers que se rajan las vestiduras y se indignan. O se lo toman todo muy en serio, o son resentidos sociales.

Pongamos un ejemplo. Soy una chica con ganas de escribir. Todo bien hasta allí, pero resulta que también soy dueña de un complejo antisocial muy-a-lo Daria. No me importa, total, siempre puedo publicar una foto de mi pubis, de mi ingle, o de mis tetas para que ingresen los mañosos a visitarme. ¿Por qué? Porque quizás no puedo hacer amigos en la vida real.

De repente quiero ser la Beba Newmann, pero no lo soy, porque en vez de escribir sobre eventualidades, como esta última, escribo estupidez y media, con títulos de tipo "Me metieron el dedo en la raja" o "Tengo pelos en la chucha". ¿Soy patética? Mucho, pero quizás movida exclusivamente por la envidia. Y encima, poseo la atrocidad de molestarme porque la gente habla más idiomas que yo. Fin del ejemplo.

Es interesante cómo mi imaginación suele debatirse por los senderos de la pastrulada. Y la pobre chica es una víctima más de sí misma.

Felizmente, no soy así.

Siempre hay gente peor que uno.

Posteado por Cyan a las 12:02 a. m.
 
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