Volver (a empezar)
martes, enero 10, 2006

Un día antes de la fiesta de Santos, recibí una llamada de Billy. En los últimos días una idea estaba corroyendo mi cabeza, y a él ya se la había planteado una vez: volver. No sólo porque lo extrañaba, sino porque seguía enamorado de él y porque no valía la pena, según yo, echar todo por la borda para tomar una decisión drástica que a posteriori demandaría un gran sentimiento de culpa entre ambas partes, al no poder solucionar nuestros problemas de siempre.

En un principio se negó, y eso que le había propuesto una relación sin ataduras y sin principio ni fin, es decir, los dos sabíamos que nuestro romance duraría hasta que él se fuera de viaje a Argentina, por lo tanto, una vez le pregunté "¿por qué desperdiciar el poco tiempo que nos queda, si podríamos estar juntos?". La respuesta vino por mutuo conscenso: la relación no funcionaba, más por mi culpa que por la de él, lo absorvía como una esponja, trataba de someterlo a un compromiso para el cual ninguno de los dos estaba preparado y a la larga, era mejor estar separados, porque nos estábamos haciendo daño. Por más que ahora me daba cuenta de las cosas tal como son, la posibilidad de volver estaba descartada.

No obstante, para una persona perseverante como YO, la esperanza es lo último que se pierde. Durante la última semana mi medicación surtió efecto y recibí un positivo subidón de ánimo. Hasta me animé a ver las cosas con claridad y acepté salir en plan amical con Jean Luc, un parisino estudiante de español que se puso en contacto conmigo a través del blog. Salí un par de veces con él, tenía un aire a Moby, y la cosa no pasó de animadas charlas en exquisito francés y paseos por los acantilados de Miraflores. La segunda vez pude notar que Jean Luc me atraía en cierto modo, tan feo no era, aunque tampoco existía química.

No había visto a Billy desde una semana antes de terminar con él via MSN, y se suponía que lo volvería a ver el sábado, en el cumpleaños de Santos. Sin embargo, lo vi el viernes en la noche. Me llamó porque estaba caminando por Miraflores y decidí acudir dada mi cercanía por las inmediaciones. Lo ví guapísimo. Tenía un polo celeste que le sentaba divinamente y un bronceado y una mata desordenada de cabellos sobre la frente que me dejaron desolado. ¿Por qué Billy sigue siendo un chico encantador? ¿Por qué sigue haciéndome tilín? Pero Billy me hizo mucho más que tilín: me dieron unas ganas increíbles de lanzarme a su cuello cual vampiro, mordisquear su piel y lamer cada centímetro de su cuerpo antes de, claro está, empaparlo de besos tiernos mientras le decía lo mucho que lo seguía amando.

Me puse muy nervioso. Me parecía increíble verlo allí, sentado a mi lado, después de casi quince días de no verlo, y cuando ya no existía nada entre nosotros mas que "amistad". En cierto modo la cagué porque me descontrolé. Le volví a plantear las cosas. Le volví a decir que había cambiado. Le volví a decir que quería una segunda parte. Y su respuesta, más que tajante, me dejó desolado: "en Febrero me voy a Argentina, y en cierto modo es mejor que estemos separados, porque de seguir juntos hubiese sido traumático, ¿no crees?".

Sí, Billy tenía mucha razón, pero para terminar de cagar las cosas me puse a llorar, y quise morirme porque en consecuencia lo hice llorar a él también. Felizmente traía mi medicación conmigo, tragué un par de píldoras con ayuda de una botella Agua Cielo que él mismo me compró y me sentí más tranquilo. Hoy por hoy las cosas han mejorado. He asimilado la idea de que nunca más volveré con él, que nunca más volveremos a tener otra oportunidad, y la ayuda de mis amigos en esta toma de consciencia ha sido muy grande. Inclusive mi humor ha mejorado notablemente.

Lo único que queda después de todo es una gran falta, una gran ausencia. Lo extraño, pero más que nada extraño estar con alguien, extraño tener un chico a mi lado. No me voy a poner a putear ahora, pero me gustaría estar abierto a nuevas oportunidades, a conocer a nuevas personas, en plan cafecito y charla. Creo que ya estoy listo. Y creo que ya es tiempo de volver a poner un anuncio inocente en el Gaydar.

Posteado por Cyan a las 10:38 a. m.
 
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